MUJER FATAL
Parecía estar diciendo la verdad,
aunque esto no quiere decir siempre gran cosa
cuando se trata de mujeres,
sobre todo de mujeres con los ojos azules.
DASHIELL HAMMETT
Tiene un poco de puta y niña virgen.
Muchos han encontrado consuelo entre sus piernas
y algunos la han seguido frecuentando
como ovejas histéricas de alguna secta apocalíptica.
Ha habido valientes que la han dejado a tiempo
y otros cuyas monedas no han servido a sus ojos.
Puede envolvernos en un mundo hospitalario
a fuerza de palabras y miedos compartidos
-con ella a nuestro lado la vida duele menos-.
Es un alucinógeno inyectado en la sangre,
una viagra contra la tristeza,
no respeta horarios ni costumbres
y se vuelve celosa con los años.
Hay que tratarla con esmero,
aunque sin falsos artificios de obseso formalista.
Detesta los ropajes muy manidos
y se excita, a menudo, con el riesgo
que nace de la claridad.
Baja la voz entonces para hablar de lo que importa
-esos pequeños accidentes de nuestra geografía-
sin verdades sonoras que dicten un camino
plagado de gurús iluminados.
Yo la prefiero así,
desnuda de perfumes fastuosos,
peligrosa y salvaje como una perra herida,
buscando en la maleza de las calles
un corazón helado que sangre entre sus dientes.
Alberto Tesán
(Barcelona, 1971)
Leído en Feroces – Radicales, marginales y heterodoxos en la última poesía española. Presentación y selección de Isla Correyero. DVD ediciones, 1998
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