Noche, fabricadora de embelecos,
loca, imaginativa, quimerista,
que muestras al que en ti su bien conquista
los montes llanos y los mares secos;
habitadora de cerebros huecos,
mecánica, filósofa, alquimista,
encubridora vil, lince sin vista,
espantadiza de tus mismos ecos:
la sombra, el miedo, el mal se te atribuya,
solícita, poeta, enferma, fría,
manos del bravo y pies del fugitivo.
Que vele o duerma, media vida es tuya:
si velo, te lo pago con el día,
y si duermo, no siento lo que vivo.
Lope de Vega
NOCHE ABIERTA
Bienvenida la noche para quien va seguro
y con los ojos claros mira sereno el campo,
y con la vida limpia mira con paz el cielo,
su ciudad y su casa, su familia y su obra.
Pero a quien anda a tientas y ve sombra, ve el duro
ceño del cielo y vive la condena de su tierra
y la malevolencia de sus seres queridos,
enemiga es la noche y su piedad acoso.
Y aún más en éste páramo de la alta Rioja
donde se abre con tanta claridad que deslumbra,
palpita tan cercana que sobrecoge, y muy
en el alma se entra, y la remueve a fondo.
Porque la noche siempre, como el fuego, revela,
refina, pule el tiempo, la oración y el sollozo,
da tersura al pecado, limpidez al recuerdo,
castigando y salvando toda una vida entera.
Bienvenida la noche con su peligro hermoso.
Claudio Rodríguez
Alianza y condena (1965)
Y podemos releer el soneto de Francisco de la Torre, A la noche.
Fotografía de Herr_Mueller - The Good Life #1
Lope de Vega y Claudio Rodríguez se dirigen a la noche
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