CARMINA 11 14
Ay, ay, que al vuelo, Póstumo, se nos van
los años escurriendo; ni rezo habrá
que pare el paso a las arrugas,
torpe vejez, indomable muerte,
Así le inmoles día tras día al dios
Plutón, al dios sin lágrimas, cien y cien
becerros: él, que al giganteo rey Gerïón
y a titanes hunde
bajo onda amarga, onda, a saber, que habrá,
cuantos comemos don de tierra, que ir
cruzando todos, que seamos
reyes o míseros jornaleros.
En vano de la guerra sangrienta huir
y de las alas rotas del ronco mar,
en vano por otoño el cuerpo
bien abrigar del hiriente cierzo:
Hay que ir a ver el Río de Llanto errar
con lento flujo, y ver las danaides mal-
nombradas y el a larga pena
Sísifo el de Éolo condenado,
dejar la tierra y casa y mujer de buen
sentir; de cuantos árboles cuidas hoy,
no más que los cipreses tristes
te seguirán, breve dueño suyo;
se beberá, más cuerdo, tu sucesor
los cécubos guardados a llaves cien,
y el suelo teñirá el preciado vino,
mejor que en festín de papas.
Horacio
Versión rítmica de Agustín García Calvo
Poesías antiguas (de Homero a Horacio), Editorial Lucina, 1992
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