A MI HERMANO MIGUEL
In memoriam
Hermano, estoy en el poyo de la casa
donde nos haces una falta sin fondo!
Me acuerdo que jugábamos a esta hora
y que mamá nos acariciaba: «Pero, hijos...»
Ahora yo me escondo ,
como antes, todas estas oraciones
vespertinas y espero que tú no des conmigo.
Por la sala, el zaguán, los corredores.
Después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.
Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
hermano, en aquel juego.
Miguel, tú te escondiste
una noche de agosto, al alborear;
pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste
Y tu gemelo corazón de esas tardes
extintas se ha aburrido de no encontrarte y ya
cae sombra en el alma .
Oye, hermano, no tardes
en salir. Bueno? Puede inquietarse mamá.
César Vallejo
Los heraldos negros (1918)
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