Mira que yo acabo
y tú no vienes;
date prisa, amor mío,
¿qué te detienes?
¡Pues he puesto el eje
a la rueda, anda!
Hazme, vida, un pasito
de zarabanda.
Cíñeme esos brazos
y aprieta fuerte,
que me toma la rabia
de la muerte.
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