ECOS
¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera!
Antonio Machado
¿Qué tiene este verso, madre,
que de ternura me llena,
que no lo puedo decir
sin que el corazón me duela?
"¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera!"
¿Qué tienen, madre, qué tienen
estas palabras que suenan
tan adentro de mi pecho
y tan lejos y tan cerca…?
"¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera!"
¿Qué dicen sin decir nada…?
Sin contar nada, ¿qué cuentan?
De estas palabras sencillas
¿Qué puso Antonio en las letras?
"¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera!"
Cuando en mis labios las tomo
y hasta mis oídos llegan…
¿Por qué lloro sin consuelo?
y por qué lloro sin pena?
"¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera!"
Manuel Machado
ORILLAS DEL DUERO
Se ha asomado una cigüeña a lo alto del campanario.
Girando en torno a la torre y al caserón solitario,
ya las golondrinas chillan. Pasaron del blanco invierno,
de nevascas y ventiscas los crudos soplos de infierno.
Es una tibia mañana.
El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana.
Pasados los verdes pinos,
casi azules, primavera
se ve brotar en los finos
chopos de la carretera
y del río. El Duero corre, terso y mudo, mansamente.
El campo parece, más que joven, adolescente.
Entre las hierbas alguna humilde flor ha nacido,
azul o blanca. ¡Belleza del campo apenas florido,
y mística primavera!
¡Chopos del camino blanco, álamos de la ribera,
espuma de la montaña
ante la azul lejanía,
sol del día, claro día!
¡Hermosa tierra de España!
Antonio Machado
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