BURLÁNDOSE DE UN CABALLERO
PREVENIDO PARA UNAS FIESTAS
Sea bien matizada la librea,
las plumas de un color, negro el bonete,
la manga blanca, no muy de roquete,
y atada al brazo prenda de Niquea;
cifra que hable, mote que se lea,
bien guarnecida espada de jinete,
borceguí nuevo, plata y tafilete,
jaez propio, bozal no de Guinea;
caballo valenzuela bien tratado,
lanza que junte el cuento con el hierro,
y sin veleta al Amadís, que espera
entrar cuidosamente descuidado,
firme en la silla, atento en la carrera...
y quiera Dios que se atraviese un perro.
Luis de Góngora
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