AMARGURA
Fue mi vida contigo tan auténtica
como todas las vidas que después he vivido,
que vivo aún, y aun en ésta
vuelve aquella primera cuando tú
fuiste a mi lado lo que me faltaba:
un espinazo para estar erguido
y ser un hombre.
¡Qué poco hombre fui, que al tú faltarme
a punto estuve de venirme al suelo
y no volverme a levantar!
¿Qué me creía yo que era?
Hoy que miro al pasado, crispo el puño
contra el que fui llamándole canalla,
y no miro al presente
por no llamar canalla a este que soy.
Aquilino Duque
Las nieves del tiempo. Editorial Comares, 1993
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