EL ESPEJO
Hoy he visto mi rostro tan ajeno,
tan caído y sin par
en este espejo.
Está duro y tan otro con sus años,
su palidez, sus pómulos agudos,
su nariz afilada entre los dientes,
sus cristales domésticos cansados,
sus costumbres sin fe, sólo costumbre.
He tocado sus sienes, aún latía
un ser allí. Latía. ¡Oh vida, vida!
Me he puesto a caminar. También fue niño
este rostro, otra vez, con madre al fondo.
De frágiles juguetes fue tan niño,
en la casa lluviosa y trajinada,
en el parque infantil
─ángeles tontos─
niño municipal con aro y árboles.
Pero ahora me mira ─mudo asombro,
glacial asombro en este espejo solo─
y ¿dónde estoy ─me digo─
y quién me mira
desde este rostro, máscara de nadie?
José Ángel Valente
(1929 - 2000)
A modo de esperanza, Adonais, 1955 (Premio Adonais 1954).
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