FURTIVOS
El miedo aleja a los furtivos
de los tibios senderos de los bosques,
los dota de una sombra pesada y delatora,
pone nombre a sus rostros apagados.
Persigo a los furtivos. Es mi oficio.
Conozco sus caminos y artimañas,
conozco a sus esposas, a sus hijos,
con muchos celebré la Navidad.
El amo me encomienda que persiga
y expulse de su tierra a los furtivos,
que dispare sin miedo contra ellos:
no hay piedad ante tantos criminales
que profanan la tierra de sus muertos.
Trabajo y obedezco. Disparo sin descanso
contra las sombras altas de los árboles,
apunto hacia las nubes que traspasan
la noble propiedad de mi señor;
detono por los valles la escopeta,
levanto polvaredas de gorriones
en los claros minúsculos del bosque.
El amo me interroga cada noche,
camina por su hacienda en mi mirada.
Me recuerda que espera resultados
y me exige valor y diligencia.
El amo ya no caza, está muy viejo,
se pudre día a día en su sillón.
Me humilla y me amenaza con el hambre.
Yo tengo la escopeta entre las manos.
Juan Manuel Villalba
(Madrid, 1964)
Leído em Feroces Radicales, marginales y heterodoxos en la última poersía española. Selección de Isla Correyero. DVD poesía, 1998, publicado originalmente en De todo lo contrario, Pre-Textos, 1997.
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