Ángel,
Ángel de la Guarda,
¡guárdame de Dios
y su guadaña!
Isabel Escudero
Coser y cantar, 3ª ed. corregida, diciembre de 1994, en Editorial Lucina, Zamora (1ª ed. en Editora Nacional)
Ángel,
Ángel de la Guarda,
¡guárdame de Dios
y su guadaña!
Isabel Escudero
Coser y cantar, 3ª ed. corregida, diciembre de 1994, en Editorial Lucina, Zamora (1ª ed. en Editora Nacional)
LEMBRANÇA DO MUNDO ANTIGO
Clara paseaba en el jardín con los niños.
El cielo era verde sobre la grama,
el agua era dorada bajo los puentes,
otros elementos eran azules, rosados, anaranjados,
el guarda municipal sonreía, pasaban bicicletas,
la niña pisó el césped para coger un pájaro,
el mundo entero, Alemania, China, todo estaba
tranquilo alrededor de Clara.
Los niños miraban el cielo: no estaba prohibido.
La boca, la nariz, los ojos estabam abiertos. No había peligro.
Los peligros que Clara temía eran la gripe, el calor, los insectos.
Clara tenía miedo de perder tranvía de las 11,
esperaba cartas que tardaben en llegar,
no siempre podía ponerse un vestido nuevo. ¡Pero paseaba
en el jardín, por la mañana!
¡Había jardines, había mañanas en aquel entonces!
Carlos Drummond de Andrade
Sentimento do Mundo, 1940
(Traducción de PLC)
LEMBRANÇA DO MUNDO ANTIGO
Clara passeava no jardim com as crianças.
O céu era verde sobre o gramado,
a água era dourada sob as pontes,
outros elementos eram azuis, róseos, alaranjados,
o guarda-civil sorria, passavam bicicletas,
a menina pisou a relva para pegar um pássaro,
o mundo inteiro, a Alemanha, a China, tudo era
tranquilo em redor de Clara.
As crianças olhavam para o céu: não era proibido.
A boca, o nariz, os olhos estavam abertos. Não havia perigo.
Os perigos que Clara temia eram a gripe, o calor, os insetos.
Clara tinha medo de perder o bonde das 11 horas,
esperava cartas que custavam a chegar,
nem sempre podia usar vestido novo. Mas passeava
no jardim, pela manhã!!!
Havia jardins, havia manhãs naquele tempo!!!
CANTIGA SUA PARTINDO-SE
Senhora partem tão tristes
meus olhos por vós, meu bem,
que nunca tão tristes vistes
outros nenhuns por ninguém.
Tão tristes, tão saudosos,
tão doentes da partida,
tão cansados, tão chorosos,
da morte mais desejosos
cem mil vezes que da vida.
Partem tão tristes os tristes,
tão fora de esperar bem,
que nunca tão tristes vistes
outros nenhuns por ninguém.
João Roiz de Castelo-Branco
Cancioneiro Geral de Garcia de Resende (pub. en 1516)
LA IZQUIERDA EN EL DIVÁN
«Jamás podremos rescatar del todo lo que olvidamos. Quizá esté bien así. El choque que produciría recuperarlo sería tan destructor que al instante deberíamos dejar de comprender nuestra nostalgia.»
Walter Benjamin, Infancia en Berlín hacia 1900
Los años finales de la vida pasan con demasiada rapidez. A medida que la edad avanza, y en mi caso no es poca ya, el tiempo desaparece como las nubes en primavera sin que se puedan fijar los recuerdos o conservar los instantes. La memoria se va borrando poco a poco, se desvanece y, pese a los esfuerzos, reiterados esfuerzos, dolorosos esfuerzos, no se consigue recordar aquello que se desea. El cerebro empieza a funcionar de manera autónoma, casi a su aire y criterio. El paso del tiempo va destruyendo lo que somos, lo que fuimos, cosificándonos, haciéndonos parte inerme de una gran marea negra que nos agita, golpea y abandona al borde de cualquier acantilado, en cualquier playa desierta. Los años finales de la vida pasan, parece ser, con demasiada rapidez. No lo sé. Quizá no sea malo. La vejez es el paraíso cruel de las dudas, el miedo y la incertidumbre.
Abre el mes de mayo su recorrido con la celebración del trabajo -ironías de la crisis sistémica-, la jornada que conmemora asesinatos, y se cierra abril, entre otras desmemorias, con la proclamación de la República Española y la revolución de Portugal. En otros tiempos, cuando sabíamos lo que significaba ser de izquierdas, esas fechas tenían alto valor simbólico. Eran días para recordar, celebrar, entristecerse o reír. Hoy, cuando el huracán de la historia postcontemporánea nos ha pasado (a todos) por encima, estos cruciales acontecimientos sólo son notas a pie de página en los almanaques del tiempo perdido, libros que nadie lee, vivencias muertas (si se admite la expresión). 14 de abril de 1931. Apenas guardo recuerdos propios. Lo que me queda es indirecto, impostado, falso: memoria de otros, recuerdos de recuerdos. Más cerca, muchos más cerca, tengo la guerra, los obligados desplazamientos, la necesidad y luego el exilio. Salto en el tiempo. Portugal, 25 de abril, 1974. Parece que fue ayer, un ayer de alegrías y canciones de José Afonso, cuando los altivos capitanes dijeron basta. Cierro los ojos, busco en los archivos polvorientos de mi cabeza (las conexiones neuronales no funcionan con la rapidez de antaño) y veo el sereno rostro del general (en 1974 era un austero coronel de 52 años) Vasco Gonçalves. Parece que fue ayer, insisto, y, sin embargo, la aceleración del presente ha convertido aquella experiencia valiente y radical de nuestros maltratados vecinos peninsulares en unas fotografías descoloridas, pasado remoto. Todo es remoto, historia enterrada, salvo lo que está sucediendo en este preciso instante, salvo el presente más incomprensible y feroz. El presente es la memoria activa de lo que está siendo ante nuestros ojos, ante el desconcierto de nuestros ojos. El presente, desde que se ha instalado el tempo acelerado del capitalismo -una prolongación sofisticada del modo lineal, agustiniano- es fugaz, incierto, estéril: tierra baldía. El presente es el lugar de combate, el escenario, la cuarta pared, donde ocurre todo aquello que no debería suceder.
Los pobres nunca nos hemos recostado en un diván. Nunca hemos podido mirar el tiempo y la vida, como el que observa el deambular de la gente desde la terraza de un café, desde un diván. La imposibilidad material de cambiar de punto de vista, la mirada sobre el mundo y el ángulo de ataque, ha favorecido nuestra lucha. Estamos hechos de decisiones y errores, discusiones y batallas. Salvo algunos interesados y muchos arribistas, estamos condenados a la lucidez del análisis, a la perspicacia del enemigo, a las patrañas y las escisiones. Hemos vivido en un mundo deformado por las noticias de la guerra fría y de la guerra caliente, hasta componer nuestra imagen del mundo con los jirones de la experiencia, con las miserias de la experiencia, con las maldades de la experiencia. Los divanes, desde Freud, son objetos, muebles, decoración de interiores, que no han existido en nuestros entornos de alacenas, jergones, mesas de madera e infiernillos. Se llamaban infiernillos por el calor y el color del fuego. Un pequeño infierno debajo de cada mesa. Primero eran de carbón, brasas. Más tarde, con el progreso, fueron eléctricos. ¿Has apagado el infiernillo? Las faldas de las mesas-camilla ardían con facilidad. Los divanes, pese a su larga tradición centroeuropea, calaron mal en los países mediterráneos. Bastante teníamos con afrontar y superar el catolicismo, la hipocresía, los curas con pistola y la Sección Femenina. Arriba España.
Esta visto que, con la edad, la memoria va por donde quiere. Los recuerdos, impulsados por el viento de las palabras, por su frágil resonancia, componen un especial y significativo campo semántico. Diván e infiernillo, así, en diminutivo, como quitándole enjundia a la expresión, son términos que no deberían ir juntos. Nada parece unir estas dos palabras y mucho menos en un nota que se titula -no sin cierta pretensión- «La izquierda en el diván». Diván e infiernillo conforman una triste pareja de baile de salón. Una de esas parejas, a media luz, detenidas en un escorzo imposible, a las que la edad ha estropeado el maquillaje y la belleza. Los años finales de la vida pasan, parece ser, con demasiada rapidez. No lo sé. Quizá no sea malo. La vejez, reitero, es el paraíso cruel de las dudas, el miedo y la incertidumbre. La izquierda también envejece. Las palabras se asocian entre sí buscando acomodo en un presente lleno de anuncios publicitarios y trampas retóricas. Si no fuera injusto diría que la izquierda se sentó una tarde en un diván de terciopelo rojo y le gustó la textura, la suavidad, la caricia. En realidad sería una injusticia histórica. Por eso es mejor no pensarlo.
María Toledano
(Rebelión, 28-4-2009)
CEMENTERIO BEREBER, TINERHIR
La advertencia no te llegaba de las estaciones,
sino del toque de difuntos del día. Fuego, escarcha,
cada día un nuvo verano e invierno, hoguera y hielo.
¡Tan rápido como la muerte nos pone su comodín sobre el cuerpo!
Te toca a ti, dice, y vienen tus hijos,
el imán, tus hermanos, los ancianos del pueblo, te lavan
y te velan, lloran y gritan y te ponen de lado
en el campo pedregoso con una piedra encima.
Se llevan consigo tu nombre. En la muerte infinita
no hay para ti una pequeña inmortalidad, ni nombre, ni tentación.
Yaces junto al río al que solías venir con tu rebaño,
y esperas como polvo de silencio en tu silencio de piedra.
Cees Nooteboom
De Libro de las horas (1978), en Luz por todas partes. Antología. Traducción de Fernando García de la Banda, Visor, 2013
La lettera arrivò con la distribuzione del pomeriggio. Il postino posò prima sul banco, come al solito, il fascio versicolore delle stampe pubblicitarie; poi con precauzione, quasi ci fosse il pericolo di vederla esplodere, la lettera: busta gialla, indirizzo a stampa su un rettangolino bianco incollato alla busta.
– Questa lettera non mi piace – disse il postino.
Il farmacista levò gli occhi dal giornale, si tolse gli occhiali; domandò – Che c’è? – seccato e incuriosito.
– Dico che questa lettera non mi piace. – Sul marmo del banco la spinse con l’indice, lentamente, verso il farmacista.
Senza toccarla il farmacista si chinò a guardarla; poi si sollevò, si rimise gli occhiali, tornò a guardarla.
– Perché non ti piace?
– E’ stata impostata qui, stanotte o stamattina presto; e l’indirizzo è ritagliato da un foglio intestato della farmacia.
– Già – constatò il farmacista: e fissò il postino imbarazzato e inquieto, come aspettando una spiegazione o una decisione.
– E’ una lettera anonima – disse il postino.
– E’ una lettera anonima” fece eco il farmacista. Non l’aveva ancora toccata ma già la lettera squarciava la sua vita domestica, calava come un lampo ad incenerire una donna non bella, un po’ sfiorita, un po’ sciatta, che in cucina stava preparando il capretto da mettere al forno per la cena.
– Qui il vizio delle lettere anonime c’è sempre” disse il postino. Aveva posato la borsa su una sedia, si era appoggiato al banco: aspettava che il farmacista si decidesse ad aprire la lettera. Gliel’aveva portata intatta, senza aprirla prima (con tutte le precauzioni, si capisce), fidando sulla cordialità e ingenuità del destinatario: ‘se l’apre, ed è cosa di corna, non mi dirà niente; ma se è minaccia o altro, me la farà vedere’. Comunque, non sarebbe andato via senza sapere. Tempo ne aveva.
Leonardo Sciascia
A ciascuno il suo. Einaudi, Decima edizione, 1979 [Prima edizione, 1966]
Vive de tal forma que no lo noten.
Vicente Núñez
Poesía y sofismas II. Sofismas (Vicente Núñez). Edición de Miguel Casado.Visor, 2008.
El primer amor sólo es peligroso si es el último.
Branislav Nušić, nacido como Alchiviadi al Nusha
En Si la adelfa sobrevive al invierno, de Stefan Popa. Traducción de Catalina Ginard Féron. Armaenia, 2021.
Anécdota contada por el escritor cubano Eliseo Diego sobre José Lezama Lima:
Lichi se sabía las mejores historias del mundo, la más memorable de ellas una en que un estudiante le pregunta a José Lezama Lima qué cosa es el azar. “Tú te subes a la guagua y al lado del asiento que eliges va sentada la mujer que será tu esposa…”, empezó Lezama. “¿Y ése es el azar, maestro?”, lo interrumpió el alumno. “Espérate a que termine, chico”, respondió, “el azar es la mujer que iba en la guagua a la que no te subiste”.
«Ninguno como el ‘Lichi’», artículo de Sergio Ramírez en El País, 21-12-2014.
* * * * *
Azar: Lo que está escrito en el libro que nunca leeremos.
Rafael Argullol
Breviario de la aurora (Rafael Argullol) Acantilado, 1ª reimpresión, 2018; 1ª ed. 2006
De cuanto era mío queda esto.
(Trímetro jámbico. Sepultura romana, s. II).
En «Versos para el adiós» (27-12-2015), última entrada del blog Parece que vuelvo tarde, de Amando García Nuño.
NOCHE
Sola estoy entre paredes blancas
Por la ventana azul ha entrado la noche
Con su rostro altísimo de estrellas.
Sophia de Mello Breyner Andresen
(Traducción de PLC)
NOITE
Sozinha estou entre paredes brancas
Pela janela azul entrou a noite
Com seu rosto altíssimo de estrelas.
No mar novo, 1958
Owen J Fitzpatrick - At the Ceremony (101st Anniversary Easter Rising 1916, O'Connell Street - Dublin - Ireland)
Young girl in high collared white blouse (Mason Photographic Collection), en National Library of Ireland on The Commons.
RECUERDO
Una tenía la cara bonita
y una o dos había encantadoras,
pero importan muy poco encanto y cara,
si ni la misma hierba en la montaña
apenas puede conservar la forma
de donde ha estado la liebre tendida.
W.B. Yeats
Antología poética (W.B. Yeats) Selección y prólogo de Seamus Heaney. Versión rimada de Daniel Aguirre. Lumen, 2005.
MEMORY
One had a lovely face,
And two or three had charm,
But charm and face were in vain
Because the mountain grass
Cannot but keep the form
Where the mountain hare has lain.
Edward Steichen - Isadora Duncan at the Parthenon, Athens, 1920
Edward Steichen - Therese Duncan’s Reaching Arms, The Parthenon, 1921.
Tú no sabes que llevas en las manos
las riendas de mi alma. De otro modo
nunca más volverías a mirarme
con esos ojos llenos de inocencia.
Anacreonte
(s. VI a.C.)
Versión de Víctor Botas en su libro Segunda mano (1982)
Desde entonces somos una especie recia, curtida en el dolor,
y damos prueba de nuestro origen rocoso.
Ovidio
En Cuaderno de campo, de Marta Sánchez. La Bella Vasovia, 10ª ed, agosto de 2018; 1ª ed., marzo de 2017.
Anónimo - Profile Portrait of a Lady (1835 - 1840), National Gallery of Art, Washington DC
(Wikimedia Commons)
[1251]
El silencio es todo lo que tenemos.
La voz es el rescate —
Pero el silencio es infinito.
Carece de rostro.
Emily Dickinson
Traducción de Margarita Ardanaz
Silence is all we dread.
There's Ransom in a Voice —
But Silence is Infinity.
Himself have not a face.
Acropolis, Athens, Greece, 1928-30
Acropolis, Athens, Greece, (Parthenon, West Pediment, Cecrops Sculpture Group), 1928-30
Acropolis, Athens, Greece, (Erectheum, Caryatid Portico from the front), 1928-30
(Photo Tractatus, Flickr)
Háblame, Musa, de aquel varón de multiforme ingenio que, después de destruir la sacra ciudad de Troya, anduvo peregrinando larguísimo tiempo, vio las poblaciones y conoció las costumbres de muchos hombres y padeció en su ánimo gran número de trabajos en su navegación por el ponto, en cuanto procuraba salvar su vida y la vuelta de sus compañeros a la patria. Mas ni aun así pudo librarlos, como deseaba, y todos perecieron por sus propias locuras. ¡Insensatos! Comiéronse las vacas de Helios, hijo de Hiperión; el cual no permitió que les llegara el día del regreso. ¡Oh diosa, hija de Zeus!, cuéntanos aunque no sea más que una parte de tales cosas.
Homero
Odisea. Traducción de Luis Segalá Estalella
Grete Stern, Berlin, 1928.
Grete Stern (Elberfeld, 1904 - Buenos Aires, 1999) fue una diseñadora y fotógrafa alemana nacionalizada argentina, alumna de la Escuela de la Bauhaus (Wikipedia)
Lo mismo es ayer que hoy,
lo mismo es hoy que mañana,
lo mismo es siempre que nunca,
lo mismo es todo que nada.
José Bergamín
El sonido sordo y cauteloso del fruto
Que cae del árbol,
En medio de una incesante melodía
Del profundo silencio del bosque…
1908
Osip Mandelstam
(1891 - 1938)
Y unas palabras suyas sobre la manera de mirar del poeta:
«La atención es una virtud del poeta. La distracción y la desidia son los subterfugios de la pereza lírica.»
Versión de Jorge Bustamante García en El instante maravilloso - Poesía rusa del siglo XX. Universidad Nacional Autónoma de México, 2014, primera reimpresión de la primera edición, 2004.
CONTRA EL ENGAÑO
No os dejéis seducir:
no hay ningún retorno.
El día está a las puertas;
ya se siente el viento nocturno:
no habrá ningún mañana.
¡No os dejéis estafar!
La vida es poca.
¡Bebedla a grandes tragos
porque no os parecerá bastante
cuando hayáis de dejarla!
¡No os dejéis consolar!
¡No tenéis mucho tiempo!
¡La pudrición, para los redentores!
La vida es lo más grande:
de nada más disponemos.
¡No os dejéis engañar!
¡Al tajo y agotáos!
¿Qué podéis temer ya?
Morís como los demás animales
y no hay nada después.
Bertolt Brecht
100 poemas (Bertolt Brecht) Versión de Vicente Forés, Jesús Munárriz y Jenaro Talens, Hiperión, 4ª ed. 2008; 1ª ed. 1998.
Gegen Verfürung
Laßt Euch nicht verführen!
Es gibt keine Wiederkehr.
Der Tag steht in den Türen,
ihr könnt schon Nachtwind spüren:
Es kommt kein Morgen mehr.
Laßt Euch nicht betrügen!
Das Leben wenig ist.
Schlürft es in vollen Zügen!
Es wird Euch nicht genügen,
wenn Ihr es lassen müßt!
Laßt Euch nicht vertrösten!
Ihr habt nicht zu viel Zeit!
Laßt Moder den Erlösten!
Das Leben ist am größten:
Es steht nicht mehr bereit.
Laßt Euch nicht verführen
Zu Fron und Ausgezehr!
Was kann Euch Angst noch rühren?
Ihr sterbt mit allen Tieren
und es kommt nichts nachher.
Una fotografía de Lixo Comestível en Flickr: um olho aberto outro fechado. um cá outro lá, porto, fevereiro de dois mil e quatorze.
SOMBRÍA DIOSA DEMONIA
Soy el novio leproso y ella la esposa sucia
ven aquí macho mío criatura desgraciada
nuestros cuerpos veloces de muertos al chocar
Tú estás marcada por las fiestas negras
espécimen de hembra naturaleza aguda
sí gimes lo confieso por excesiva estatua
y sus conocimientos numerosos
sombría diosa de demencia demonia
Tus insólitos senos más allá de las flores
olorosa candela carne y canción de carne
No miro más esos malos deseos
el hombre con su hacha decapita tu amor
*
Tocar la mosca obra maestra
de tu sur virgen preciosa
bendita seas angostura
privada de conocimiento
tu sentido extrema delicia
Mujer dada por prohibida
con una lógica de ángel
a pesar del lazo de amor
tocar la mosca
*
Sobre la altura enloquecedora de mi Nada
mientras la luna babosa besa en vano
la carroña humana sigo siendo
el estricto sentado a la mesa de las cenizas
(París, 10 diciembre 1964)
Carlos Edmundo de Ory
Poesía 1945-1969 (Carlos Edmundo de Ory), edición de Félix Grande, en Metanoia, edición de Rafael de Cózar, Cátedra, 1978.
EL VENTANAL
La humeante noche de verano
Desde el alto ventanal vierte claridad en la sombra
Y me deja en el corazón un sello ardiente.
Pero ¿quién (en la terraza sobre el río se enciende una lámpara), quién,
A la Virgencita del Puente, quién es, quién es el que le ha encendido la lámpara? — hay
En la habitación un olor a podredumbre: hay
En la habitación una desfalleciente llaga roja.
Las estrellas son botones de nácar y la noche se viste de terciopelo:
Y tiembla la noche fatua: es fatua la noche y tiembla pero hay
En el corazón de la noche hay,
Siempre una desfalleciente llaga roja.
Dino Campana
Cantos órficos y otros poemas (Dino Campana). Traducción, prólogo y notas de Carlos Vitale. DVD Ediciones, 1999.
L’INVETRIATA
La sera fumosa d’estate
Dall’alta invetriata mesce chiarori nell’ombra
E mi lascia nel cuore un suggello ardente.
Ma chi ha (sul terrazzo sul fiume si accende una lampada) chi ha
A la Madonnina del Ponte chi è chi è che ha acceso la lampada? — c’è
Nella stanza un odor di putredine: c’è
Nella stanza una piaga rossa languente.
Le stelle sono bottoni di madreperla e la sera si veste di velluto:
E tremola la sera fatua: è fatua la sera e tremola ma c’è
Nel cuore della sera c’è,
Sempre una piaga rossa languente.