LA POESÍA
Que perfume, que
lime el filo
de los metales
puntiagudos
que traen el tétano.
Que golpee en la frente
al ser de la conciencia
Que triture
la voz bastarda del
poeta romo.
Que ilumine el perfil
de la visión en ruinas.
Que mame, que degluta,
que mastique
los huesos del dormido.
Que haga pan de centeno
en pleno atardecer.
Que humedezca mis párpados
con su saliva prodigiosa.
Que me colme, que me vacíe.
Que no me dé respuestas.
Que descienda del sol como
el lagarto de las ortigas,
como la muerte
de los descendimientos
de la Noche.
Como el dolor umbrío del poema.
José Viñals
xxx
No hay comentarios:
Publicar un comentario