LAS ISLAS
Recuerdo que tocamos puerto tras larga travesía,
Y dejando el navío y el muelle, por callejas
(Entre el polvo mezclados pétalos y escamas),
Llegué a la plaza, donde estaban los bazares.
Era grande el calor, la sombra poca.
Con el pecho desnudo iba, distraído
Como si familiares fuesen la villa y sus costumbres,
Y miré en un portal al mercader de sedas
Que desplegaba una, color de aurora, fría a los ojos,
Sintiendo sin tocarla la suavidad escurridiza.
Ante un ciego cantor estuve largo espacio,
Único espectador, y parecía cantar para mí solo.
Compré luego a una niña un ramo de jazmines
Amarillentos, pero en su olor ajado tuvo alivio
La dejadez extraña que empezaba a aquejarme.
Desanudada la faja en la cintura,
Unos muchachos que pasaban, reían,
Volviendo la cabeza. Acaso me creyeron
Ebrio. Los ojos de uno de ellos eran
Como la noche, profundos y estrellados.
La humedad de la piel pronto se disipaba
Por el aire ardoroso, a cuyo influjo
Mi pereza crecía. Me detuve indeciso,
Acariciando el cuerpo, sintiendo su tibieza
Lisa, como si acariciara un cuerpo ajeno.
Seguí, por parajes nunca vistos,
Mas presentidos, igual a quien camina
Hacia cita amistosa. Deponía la tarde
Su fuerza, cuando al fin quise
Buscar reposo ante un umbral cerrado.
Era un barrio tranquilo. Mis párpados pesaban
(Acaso dormí mucho), y al abrirlos de nuevo
Ya el sol estaba bajo en el muro de enfrente.
Una presencia ajena pareció despertarme,
Porque al volver la cara vi una mujer, y sonreía.
Como si de mi anhelo fuese proyección, respuesta
Ante demanda informulada, me miraba, insegura;
Aunque yo nada dije, con gesto silencioso,
Invitándome adentro, me tomó de la mano.
La seguí, con recelo más débil que el deseo.
La sala estaba oscura (ya caía la tarde).
Sobre la estera había almohadas, un cestillo
Anidando manojos de magnolias mojadas,
De excesiva fragancia. filtró la celosía
Unas palabras de la calle: «Le encontraron muerto».
Las pensé referidas a un camarada,
Quizá presagio de mi sino. Pero ella,
Atrayéndome a sí, sobre la alfombra
El ropaje tiró, como cuchillo sin la vaina,
Fría, dura, flexible, escurridiza.
Mis manos en sus pechos, su cintura
Quebrarse pareció al extenderme sobre ella,
Y en el silencio circundante, al ritmo
De los cuerpos, oí su brazalete,
Queja del ave fabulosa que escapaba.
La oscuridad llenó la sala toda
Cuando saciado y satisfecho quise irme.
En la puerta (ella como mi sombra me seguía),
Al cruzar su dintel, sentí que entre mis dedos
Quedaba el brazalete, ahora inerte y mudo.
Mucho tiempo ha pasado. No aceptara
Revivir otra vez esta existencia.
Mas no sé qué daría por sólo aquel instante
Revivirlo. Bien sé que apenas tengo con qué tiente
Al destino, ni el destino tentarse dejaría.
Cuando el recuerdo así vuelve sobre sus huellas
(¿No es el recuerdo la impotencia del deseo?).
Es que a él, como a mí, la vejez vence;
Y acaso ya no tengo lo único que tuve:
Deseo, a quien rendida la ocasión le sigue.
Luis Cernuda
De «Vivir sin estar viviendo» (1944-1949), en La realidad y el deseo.
Luis Cernuda - Las islas
Pedro Luis de Gálvez - Fuente clara
FUENTE CLARA
No hay libertad posible sin cultura:
primero, el pan; mas luego la cartilla:
Si no aventas al surco la semilla,
no llevarás al grano la moltura.
Ni paz al hombre ni ración segura,
que es la ignorancia lo que al hombre humilla:
No pruebes en ti mismo tu cuchilla
ni te caves la propia sepultura…
Tienen los libros resplandor de aurora,
son caricia y orgullo de la frente:
La lectura ennoblece y enamora:
nos cierra el corazón al sufrimiento,
y es generosa, cristalina fuente
donde apaga su sed el pensamiento.
Pedro Luis de Gálvez
Negro y azul (Pedro Luis de Gálvez). Edición de Francisco Rivas. La veleta, Editorial Comares, 1996
Una fotografía de Zdzisław Beksiński
Fotografía de Zdzisław Beksiński, 1950-1960
(Galería de Nogretchen en Flickr)
Magdalena Bielska - Sueño
SUEÑO
Miras viejas fotografías y por fin de repente recuerdas:
un verano a la orilla del mar
tirabas grandes cebollas al agua
y los gatos se zambullían y te las traían de vuelta.
Y la tarde, siempre esa misma tarde en el pequeño pueblo,
de casas de paredes blanquedas.
Y el aire, un aire salvaje con olor a sal.
Y el sabor del ruibarbo.
Por fin estás seguro, tranquilo — no he estado nunca ahí —
no lo he visto, lo recuerdo.
Magdalena Bielska
(1980)
Poesía a contragolpe Antología de poesía polaca contemporánea (autores nacidos entre 1960 y 1980). Seleción y traducción de Abel Murcia, Gerardo Beltrán y Xavier Farré. Prensas Universitarias de Zaragoza, 2012.
Horacio - Fragmento de la Epístola a Floro
EL PASO DE LOS AÑOS
¿Cuánta cicuta necesitaría
para purificarme, si pensara
en hacer versos antes que en dormir?
Uno a uno nos roban muchos bienes
los años que se van. Ya se han llevado
ejercicios, placer, fiestas y juegos.
Ahora intentan quitarme mis poemas.
¿Qué pretendes que haga?
Horacio
Fragmento de la Epistola a Floro, traducida por José Antonio González Iglesias
Suroeste, núm. 1 - Revista de literaturas ibéricas, Badajoz, 2011
Anónimos africanos
Quando as águas cobriram a Terra e depois nasceram as florestas, sete grandes pássaros, as nossas mães ancestrais, vieram voando desde o imenso além. Três desses pássaros pousaram na arvore do bem. Três pássaros na árvore do mal. O sétimo ficou voando de uma árvore para a outra.
Lenda ioruba
A luz com que vês os outros é a mesma com que os outros te vêem a ti.
Provérbio nyaneka
Leído en A Rainha Guinga, de José Eduardo Agualusa, Quetzal, 1ª edição junho 2014
Dos versos de Jorge de Sena
Eu cartas escrevi que nunca leste
desejos tive de quem nunca amou.
Jorge de Sena
Heli Finkenzeller
Heli Finkenzeller - German postcard by Ross Verlag, Berlin, no. A 3280/2, 1941-1944. Photo: Baumann / Ufa.
(Truus, Bob & Jan too! - Flickr)
Luis Eduardo Aute - Blanco y negro
BLANCO Y NEGRO
Lo blanco es blanco
y lo negro es negro;
no hay grises
que valgan por medio.
Luis Eduardo Aute
Vicente Aleixandre - El más bello amor
EL MÁS BELLO AMOR
Yo había llorado diez siglos
como diez gotas
con la belleza de lo intranscurrido
contemplando la velocidad del expreso.
Pero comprendí que todo era falso.
Falsa la forma de la vaca.
Falso el falso profesor.
Falsa hasta la sencilla manera con que las muchachas
cuelgan de noche sus pechos que no están tocados.
Pero me encontré un tiburón en forma de cariño;
no, no: en forma de tiburón amado;
escualo limpio, ardor o crimen,
deliciosa posesión que consiste en el mar.
Dulce abrazo viscoso de lo más grande y más negro,
esa forma imperiosa que sabe a resbaladizo infinito.
Una boca imponente como una fruta bestial,
como un puñal que amenaza el amor,
un mordisco que abarcase toda el agua o la noche,
un nombre que resuena como un bramido rodante.
Dime, dime el secreto de tu dulzura,
de esa piel que reserva su verdad como sístole;
duérmete entre mis brazos como un mínimo ser
que olvida sus cataclismos.
Te penetro callando mientras grito o desgarro,
mientras mis alaridos hacen música o sueño,
porque beso murallas que nunca tendrán ojos.
La verdad, la verdad, la verdad,
esa inmensa pistola que yace sobre el camino,
ese silencio que finalmente queda
cuando aparto los senderos.
Vicente Aleixandre
Espadas como labios (1932)
Un boceto de Aleksandr Deineka
Aleksandr Deineka (1899 - 1969) - The girl, knotted ribbon on his head. Sketch a picture «Bather». Paper, sanguine, charcoal, 99х79 Private coll.
Italo Calvino - Epitafio de Cosimo Piovasco di Rondò
Cosimo Piovasco di Rondò – Visse sugli alberi – Amò sempre la terra – Salì in cielo
Cosimo Piovasco di Rondó – Vivió en los árboles – Amó siempre la tierra – Subió al cielo
Marcial - Contra Lino, a quien odiaba
CONTRA LINO, A QUIEN ODIABA
¿Me preguntas, Lino, qué ganancia me produce mi finca de Nomento?
Esta es la ganancia que me produce mi finca: no verte, Lino.
Marcial
Epigramas I (Marcial) Introducción, traducción y notas de Juan Fernández Valverde y Antonio Ramírez de Verger, Biblioteca Clásica Gredos, Gredos, 1997
XXXVIII
Quid mihi reddat ager quaeris, Line, Nomentanus?
Hoc mihi reddit ager: te, Line, non uideo.
André Derain - Retrato de una joven
André Derain (1880 - 1954) - Portrait de jeune femme,
20th century. Oil on canvas. 40,9 x 33 cm. Private collection.
(Galería de Lluís Ribes Mateu en Flickr)
Aníbal Núñez - Himno del desolado
HIMNO DEL DESOLADO
Llegados a este punto hemos tomado
–se suman otras voces–
la decisión de naufragar.
Aníbal Núñez
Cuarzo. Pre-textos, 1988 (1ª ed. Entregas de la aventura, 1981)
Charles Simic - Poesía, poema, poeta
Mi vida está a merced de mi poesía.
La esperanza es que el poema termine siendo mejor que el poeta.
Charles Simic
El monstruo ama su laberinto Cuadernos. Vaso Roto Ediciones, 2015. Traducción de Jordi Doce (The Monster loves his Labyrinth: Notebooks, 2008)
Baldomero Fernández Moreno - Revelación
REVELACIÓN
Yendo para la escuela
con las niñas del pueblo,
por coger unas moras
nos subimos a un cerco.
Entre la carretera
y el espinoso seto
la cuneta se ahondaba
toda blanda de berros.
Yo no sabía nada,
de saber era tiempo.
Una de ellas, de pronto,
Esperanza, me acuerdo,
púsose de cuclillas
a hacer aguas al viento.
Casi instantáneamente
yo me quité el sombrero
y lo eché cuesta abajo
camino de los berros.
Me lancé presuroso
tras él a recogerlo,
y al instante de alzarlo
miré hacia arriba, trémulo.
Vi una rosa bermeja,
tanto, que daba miedo,
dos pétalos de carne
abiertos, gordezuelos,
Y un grueso chorro de oro
rectilíneo, violento,
que levantaba espumas
al chocar contra el suelo.
Yo no sabía nada,
de saber era tiempo.
Baldomero Fernández Moreno
(Buenos Aires 1886-1950)
Emily Dickinson - «Este polvo tranquilo…»
ESTE POLVO TRANQUILO
Este polvo tranquilo fue señores y damas,
muchachas y donceles;
fue risas, manos hábiles, suspiros,
rizos y blusas leves.
Este lugar pasivo fue mansion bulliciosa
del verano, y las flores y abejas recorrieron
su circuito oriental aquí; y un día
cesaron como ellos.
Emily Dickinson
Poemas (Emily Dickinson) Selección y versión de M. Manent, 3ª ed. 1986, Visor
(813)
This quiet Dust was Gentleman and Ladies
And Lads and Girls —
Was laughter and ability and Sighing
And Frocks and Curls.
This Passive Place a Summer's nimble mansion
Where Bloom and Bees
Exists an Oriental Circuit
Then cease, like these —
Francis Picabia - Cuatro mujeres junto al agua
Francis Picabia - Quatre femmes au bord de l'eau [c.1942]
This work is a subtle composition by Francis Picabia among his series of ultra-realistic portraits of women from the 1940’s. This work is most notable for its popular naturalistic style explored by the artist since the beginning of the Second World War. Established in the free zone, in the area of Golfe-Juan, Francis Picabia embarked on the expression of a heterodox modernity, halfway between genre scene and the erotic nude, breaking with his early figurative paintings.
[Sotheby’s, Paris - Oil on cardboard, 106 x 75.5 cm]
Imagen y texto en Gandalf's Gallery
Dos fotografías de Robbie McIntosh
Robbie McIntosh - (Garota de Mappatella), 2017
Robbie McIntosh - (Venus de Mappatella), 2016
(Publicadas en Flickr)
Federico García Lorca - Vuelta de paseo
VUELTA DE PASEO
Asesinado por el cielo,
entre las formas que van hacia la sierpe
y las formas que buscan el cristal,
dejaré caer mis cabellos.
Con el árbol de muñones que no canta
y el niño con el blanco rostro de huevo.
Con los animalitos de cabeza rota
y el agua harapienta de los pies secos.
Con todo lo que tiene cansancio sordomudo
y mariposa ahogada en el tintero.
Tropezando con mi rostro distinto de cada día.
¡Asesinado por el cielo!
Federico García Lorca
Poeta en Nueva York (escrito durante 1929-1930)
Dos aforismos de Rafael Argullol
Patria: El polvo que han dejado atrás los siglos.
Soledad: La deseada, la indeseable.
Rafael Argullol
Breviario de la aurora, Acantilado, 1ª ed. 2006; 1ª reimpr. 2018
Dos fotografías de Gertrude Käsebier
"Gertrude Stanton, más conocida por el apellido de su esposo, Edward Käsebier, fue una artista estadounidense, que se inició tardíamente en la fotografía profesional, iniciando estudios de arte a los 37 años." (Wikipedia)
Odysseas Elytis - Agosto
AGOSTO
A la luz de los astros Agosto se lavaba
estrellas y jacintos goteaban de sus barbas
Agosto y a ti, Dios, a ti te conjuramos
vuelve en un año a vernos en la roca besarnos
Que entre Virgo y Escorpio hilo de oro cosemos
y una estrella de mar en tu honor encendemos
A la luz de los astros Agosto se lavaba
estrellas y jacintos goteaban de sus barbas.
Odysseas Elytis
Del libro Las erres del amor, 1972, en Dignum est y otros poemas, Traducción de Cristian Carandell. Galaxia Gutenberg, 2008
Ο ΑΥΓΟΥΣΤΟΣ
Ο Αύγουστος ελούζονταν μες στην αστροφεγγιά
κι από τα γένια του έσταζαν άστρα και γιασεμιά
Αύγουστε μήνα και Θεέ σε σένανε ορκιζόμαστε
πάλι του χρόνου να μας βρεις στο βράχο να φιλιόμαστε
απ’ την Παρθένο στον Σκορπιό χρυσή κλωστή να ράψουμε
κι έναν θαλασσινό σταυρό στη χάρη σου ν’ ανάψουμε
Ο Αύγουστος ελούζονταν μες στην αστροφεγγιά
κι από τα γένια του έσταζαν άστρα και γιασεμιά.
Οδυσσέας Ελύτης
Τα Ρω του Έρωτα, 1972
Una fotografía de Demosthenes Kouros
Demosthenes Kouros (Δημοσθένης Κούρος), con un retrato de 2015 en la segunda ciudad de Creta, Τα Χανιά, La Canea en español.
Tres aforismos de Carlos Marzal
Estamos escritos con tinta: y luego llueve.
A oscuras, el tiempo retrocede.
La memoria es como un hotel venido a menos: ocurrieron grandes cosas allí y queda su sombra.
Carlos Marzal
Óscar Hahn - Misterio gozoso
MISTERIO GOZOSO
Pongo la punta de mi lengua golosa en el centro mismo
del misterio gozoso que ocultas entre tus piernas
tostadas por un sol calientísimo el muy cabrón ayúdame
a ser mejor amor mío limpia mis lacras libérame de todas
mis culpas y arrásame de nuevo con puros pecados
originales, ya?
Óscar Hahn
Yorgos Seferis - Epitafio
EPITAFIO
Los tizones en la bruma
eran rosas enraizadas en tu corazón
y la ceniza cubría tu rostro
cada mañana.
Deshojando sombras de cipreses
un verano te marchaste.
Yorgos Seferis
Cuaderno de ejercicios [Τετράδιο γυμνασμάτων] - Mythistórima. Poesía completa (Yorgos Seferis) Traducción, prólogo y notas de Selma Ancira y Francisco Segovia. Edición bilingüe, Galaxia Gutenberg, 2012
Επιτύμβιο
Τα κάρβουνα μες στην ομίχλη
ήτανε ρόδα ριζωμένα στην καρδιά σου
κι η στάχτη σκέπαζε το πρόσωπό σου
κάθε πρωί.
Μαδώντας ίσκιους από κυπαρίσσια
έφυγες τ’ άλλο καλοκαίρι.
Γιώργος Σεφέρης
Ramón, hablando de sí mismo (1912)
No es un escritor, ni un pensador, es un mirador, la única facultad verdadera y aérea: mira. Nada más.
Ramón Gómez de la Serna
Dos versos de Ruy Belo
Del poema de Ruy Belo, «Mudando de assunto», perteneciente al libro Homem de Palavra [s], de 1970:
Não perguntem quem sou
neste momento em que recordo e escrevo.
Lope de Vega - «Cuando imagino de mis breves días...»
Cuando imagino de mis breves días
los muchos que el tirano amor me debe
y en mi cabello anticipar la nieve
más que los años las tristezas mías,
veo que son sus falsas alegrías
veneno que en el cristal la razón bebe
por quien el apetito se le atreve
vestido de mis dulces fantasías.
¿Qué hierbas del olvido ha dado el gusto
a la razón que sin hacer su oficio
quiere contra razón satisfacelle?
Mas consolarse quiere mi disgusto,
que es el deseo del remedio indicio
y el remedio de amor querer vencelle.
Lope de Vega
Ángeles Mora - Cámara subjetiva
CÁMARA SUBJETIVA
Una mujer sentada en la terraza
se seca el pelo.
La cabeza inclinada
sobre un albornoz
entreabierto.
Los dos senos redondos
en los muslos dormidos.
Una sombra se asoma
al resplandor del suelo.
Ángeles Mora
Manuel Vicent - Cine mudo
CINE MUDO
Al lado de casa, en el pueblo, había un balneario que tuvo cierta prestancia en los años veinte cuando allí cumplían la novena de aguas muchos ejemplares de la burguesía valenciana, damas con corpiño de avispa y señores con pajarita y sombrero blanco. Durante la guerra fue convertido en hospital de sangre, y la artillería de los nacionales no cesó de enviarle hierros hasta reducirlo a escombros. Jugando entre sus ruinas llegué al uso de razón. En el balneario había pérgolas, bañeras con garras de león, espejos velados, mosaicos con delfines, todo derruido; pero en medio de la destrucción quedó un espacio intacto. Era el cinematógrafo, un salón donde en los buenos tiempos pasaban películas de cine mudo y se realizaban bailes con gramolas de campana y placas de la Voz de su Amo. Las figuras de Charlot, de Jaimito, de El Gordo y El Flaco, tal vez de Douglas Fairbanks y de Mary Pickford, los héroes de la época, habían dejado sus sombras en el aire de aquel recinto cerrado. Cuando lo conocí, bajo la pantalla rota había una pianola con las tripas fuera. Luego, con los años, supe que en aquel cinematógrafo, en plena guerra, se había instalado un quirófano de campaña. La batalla de Teruel había sido muy cruenta, y hasta la retaguardia de este balneario llegaban ambulancias con soldados heridos o congelados a causa del rigorosísimo invierno. En medio de alaridos de dolor, allí se cortaban piernas y brazos y se realizaban operaciones a vida o muerte. Después, en aquel mismo lugar, los niños jugábamos a nuestras guerras sin saber que todavía perduraban las manchas oscuras de sangre en el suelo y en las paredes. A medida que fui creciendo tuve más noticias de aquellos hechos, y llegó un momento en que ya no lograba distinguir la realidad y la ficción, los fantasmas que pudo crear la máquina de cine en la pantalla y la carnicería real que había sucedido en el patio de butacas. Bailes de burgueses de entreguerras, carcajadas provocadas por Buster Keaton, heridas abiertas y miembros amputados con un serrucho, el olor a formol unido al clarinete de Benny Goodman o al pasodoble Mi jaca...; aquel mundo que sólo conocí como leyenda se fue adentrando en mi conciencia hasta imprimir en su cera virgen una visión feliz y cruel de la vida. Los muertos y los héroes, el glamour de las estrellas, la crueldad de la guerra, las alfombras rojas, todas las imágenes fascinantes y ensangrentadas que hoy nos devoran estaban ya en el oscuro salón de aquel cinematógrafo en el tiempo de la inocencia.
Manuel Vicent
(El País, 28 de enero de 2007)
Alfonso Martínez Galilea - No desdeñes pensar en nuestro amor
NO DESDEÑES PENSAR EN NUESTRO AMOR
Cuando en la medianoche te sorprendas
imaginando una cancion
y notes
que sus oscuras notas te recuerdan
los días más hermosos de nuestro amor,
no desdeñes pensar en esos días.
Tiempo tendrás de acomodar tu hastío
a las cambiantes formas de la dicha.
Esa noche, recuérdame contigo.
Alfonso Martínez Galilea
(Logroño, 1959)
Revista Hiperión. N. 2. La carne, Otoño de 1978
Tákis Sinópulos - Odiseo en el río
ODISEO EN EL RÍO
Una luna toda la noche viajaba
por encima de tu cuerda de plata
río taciturno
río.
Un sol sereno se extiende ahora en la tierra
te entibia la sangre con luz.
Luego vendrá la muchacha liviana
golpeará luminosas palmas
la piedra del sueño rodará por tus ojos
te alzarás en el silencio verdiblanco
y las ninfas se asustarán
huirán por el valle con pies veloces
y la muchacha blanca será fresca
como un árbol bajo la luz
más allá los otros árboles y el silencio
girarán mirarán
el árbol con el vestido de la primavera
inclinarse sereno a tocar el río
tu plateada cuerda
río taciturno
río.
Pero tú ahora hablando frente al rey
—y el árbol blanco escuchando en las estancias.
Hablando con el modo en que hablan
los vivos recuerda.
En el mar los ahogados viajando
buscan su patria y siempre miran abajo.
Tákis Sinópulos
(Pirgos, 1917 - Atenas, 1981)
(Traducción de Pedro Ignacio Vicuña)
Ο Οδυσσέας στο ποτάμι
Ένα φεγγάρι ολονυχτίς ταξίδευε
πάνω στην ασημένια σου χορδή
ποτάμι σιγανό
ποτάμι.
Ήσυχος ήλιος τώρα απλώνεται στη γη
ζεσταίνει το αίμα σου με φως.
Ύστερα θά ’ρθει το κορίτσι το αλαφρό
θα κρούσει φωτεινές παλάμες
η πέτρα του ύπνου θα κυλήσει από τα μάτια σου
θα σηκωθείς μέσα στην πρασινόλευκη σιωπή
κι οι νύμφες θα τρομάξουνε
θα φύγουν στην κοιλάδα γοργοπόδαρες
και το κορίτσι τ’ άσπρο θα ’ναι δροσερό
σα δέντρο κάτω από το φως
πιο πέρα τ’ άλλα δέντρα κι η σιωπή
θα στρίψουν θα κοιτάξουν
το δέντρο με το φόρεμα της άνοιξης
να σκύβει ατάραχο να αγγίζει το ποτάμι
την ασημένια σου χορδή
ποτάμι σιγανό
ποτάμι.
Μα εσύ μιλώντας τώρα εμπρός στο Βασιλιά
—και τ’ άσπρο δέντρο ακούγοντας στα δώματα.
Μιλώντας με τον τρόπο που μιλούν
οι ζωντανοί θυμήσου.
Στη θάλασσα οι πνιγμένοι ταξιδεύοντας
γυρεύουν την πατρίδα τους κι όλο κοιτάνε κάτω.
(De Τάκης Σινόπουλος, Συλλογή Ι (1951–1964), 1976)
Louis Vest y Nina Leen
Louis Vest - Bevey of Beauties in a Bakery. Alliterative photography - taken in Cartagena de Indias, Colombia, 2017
Nina Leen - Atlantic City, 1948
La noche de la iguana
Richard Burton y Sue Lyon durante el rodaje de la película
The Night of the Iguana, John Huston, 1964
Demócrito
Frg. 3. Quien se propone la tranquilidad de espíritu tiene que ocuparse de muy pocos asuntos, tanto a título particular como en cuanto ciudadano; no debe emprender nada que supere sus fuerzas y su naturaleza; debe mantenerse alerta a fin de ignorar la fortuna, incluso cuando le es hostil y parece arrastrarle irresistiblemente; en fin, no debe ligarse más que a aquello que no supere sus fuerzas; la carga que soportan nuestras espaldas es mejor que sea poco pesada a que sea fácil de llevar.
Frg. 285. Hay que reconocer que la vida humana es frágil, que dura poco y que constantemente se ve sacudida por los golpes y las dificultades del destino; por lo tanto, no debe preocuparse uno por poseer, más que moderadamente, y medir las miserias según lo que es necesario.
Demócrito
(Abdera, h. 460 a.C. - id., h. 370 a.C.)
Una cita de Montaigne
Es el gozar, no el poseer, lo que nos hace felices.
Montaigne, Los ensayos
Leída en La utilidad de lo inútil, de Nuccio Ordine, Acantilado, 2013, 13ª reimpresión (1ª ed. 2013)
Claudio Rodríguez - Adiós
ADIÓS
Cualquier cosa valiera por mi vida
esta tarde. Cualquier cosa pequeña
si alguna hay. Martirio me es el ruido
sereno, sin escrúpulos, sin vuelta
de tu zapato bajo. ¿Qué victorias
busca el que ama? ¿Por qué son tan derechas
estas calles? Ni miro atrás ni puedo
perderte ya de vista. Esta es la tierra
del escarmiento: hasta los amigos
dan mala información. Mi boca besa
lo que muere, y lo acepta. Y la piel misma
del labio es la del viento. Adiós. Es útil
norma este suceso, dicen. Queda
tú con las cosas nuestras, tú, que puedes,
que yo me iré donde la noche quiera.
Claudio Rodríguez
Alianza y condena (1965)
Raúl Gómez Jattin - El amor brujo
EL AMOR BRUJO
He robado parte de tu cuerpo y de tu alma
Le he tendido una celada a los recuerdos
que aquí te recuerdo ¿Recuerdas amor?
El cielo de la noche casi azul se asoma
entre tus pestañas Noche vibrátil
Una vez me fui hasta tu región de monte
enfermo de hongos y tristezas muy tristes
Y aluciné con tu imagen alta y flexible
galopando un caballo de nube Luego
venías por la tarde desde el Retiro de los Indios
en tu carruaje blanco y yo iba a pie
por la carretera Como un sonámbulo
Sonríes desde lejos como si masticaras
mi corazón entre tus colmillos
Mis palabras le quitan a tu vida muerte
Vives en este libro aunque te tengo miedo
Aunque apenas si hemos hablado Pero te amo
tanto como siempre Tanto como puedas imaginar
Y estamos lejos Como el sol del mar.
Raúl Gómez Jattin
Unas fotografías de Richard Emblin
Fotografías de Richard Emblin publicada en Flickr