VIII. Miser Catulle, desinas ineptire,
Desgraciado Catulo, deja de hacer locuras
y lo que ves perdido dalo por perdido.
Fulgieron antes días luminosos
cuando acudías a donde ella dijese,
la muchacha querida por nosotros
como ninguna lo será.
Gozos sin cuento entonces eran
y lo que tú querías ella también quería.
Fulgieron, en verdad, días luminosos.
Ahora ella no quiere; tú -no seas
débil- tampoco quieras; y no sigas
a quien huye, ni tristemente vivas,
sino mantén tu ánimo, aguanta:
Adiós, muchacha, ya Catulo aguanta:
no te irá a buscar más ni irá a rogarte
contra tu voluntad.
¡Lo que vas a sufrir cuando nadie te ruegue!
Malvada ¡ay de ti! ¡La vida que te espera!
¿Quién se te va a acercar? ¿Quién te va a ver bonita?
¿A quién vas a amar tú? ¿De quién dirán que eres?
¿A quién vas a besar? ¿Morderás en qué labios?
Y tú, Catulo... aguanta.
Catulo
Cincuenta poemas (Catulo) Selección, versión y notas de Aníbal Núñez. Visor, 1984
Miser Catulle, desinas ineptire,
et quod uides perisse perditum ducas.
fulsere quondam candidi tibi soles,
cum uentitabas quo puella ducebat
amata nobis quantum amabitur nulla.
ibi illa multa tum iocosa fiebant,
quae tu uolebas nec puella nolebat,
fulsere uere candidi tibi soles.
nunc iam illa non uult: tu quoque impotens noli,
nec quae fugit sectare, nec miser uiue,
sed obstinata mente perfer, obdura.
uale puella, iam Catullus obdurat,
nec te requiret nec rogabit inuitam.
at tu dolebis, cum rogaberis nulla.
scelesta, uae te, quae tibi manet uita?
quis nunc te adibit? cui uideberis bella?
quem nunc amabis? cuius esse diceris?
quem basiabis? cui labella mordebis?
at tu, Catulle, destinatus obdura.
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