Veante mis ojos
y muérame yo luego,
dulce amor mío
y lo que yo más quiero.
* * * * *
Véante mis ojos,
dulce Jesús Bueno;
veante mis ojos,
muérame yo luego.
Vea quien quisiere
rosas y jazmines,
que si yo te viere,
veré mil jardines:
flor de serafines,
Jesús Nazareno,
véante mis ojos,
muérame yo luego.
No quiero contento
mi Jesús ausente,
que todo es tormento
a quien esto siente;
sólo me sustente
tu amor y deseo,
véante mis ojos,
dulce Jesús bueno;
véante mis ojos,
muérame yo luego.
Santa Teresa de Jesús
La literatura que llamamos "a lo divino" (....) Su particularidad reside en un sincretismo literario que trata de convertir temas profanos en temas religiosos, conservando, no obstante, en las reelaboraciones la forma literaria primitiva, sea en verso, sea en prosa. Si bien este fenómeno no es privativo de las letras españolas, "en ningún sitio el proceso de divinización de obras profanas [ha] durado tanto tiempo, ha tenido tal desarrollo, alcanzado a tantos géneros y ofrecido tantos matices como en España"
La contrafactura "a lo divino" en la literatura de los Siglos de Oro, por Klaus Wagner
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