Fotografía de Herr_Mueller - The Good Life #1

Manuel Vicent - Hydra, 1960

 

HYDRA, 1960

Él se ha quedado dormido en la hamaca con las gafas caídas en la punta de la nariz, el lápiz a un lado y un cuaderno de notas abierto sobre su pecho desnudo; dentro del sueño oye los gritos de los niños de unos pescadores que se bañan en la cala. Algunos retales de sol se filtran entre la sombra de una parra donde en torno a los racimos de la uva dorada zumban las abejas. Ella se balancea en una vieja mecedora. Lleva una camisa de algodón, un sombrero de paja, unas sandalias grecolatinas, el pantalón corto impregnado de salitre, la piel quemada. La casa es muy humilde, tiene las paredes encaladas, las maderas pintadas de verde y en este momento la brisa que viene del mar infla las cortinas blancas. Todos los barrancos de la isla están llenos de espliego y alacranes y abren un ojo azul deslumbrado al Egeo. Nada era tan hermoso como estar juntos y habitar una aseada austeridad junto al mar, olvidados de todos, habiéndolo olvidado todo y oír de noche el sonido de las olas que les llevaba muy lejos con las velas ligeras de la imaginación desplegadas hacia las suaves calinas de una patria común donde habitan marineros semejantes a Telémaco y ninfas aromatizadas de brea y marihuana. Antes de abandonar la casa, ella ha dejado una nota escrita en la mesa de la cocina junto a una ensalada de apio y aguacate, que tanto le gustaba. El joven que duerme en la hamaca se llama Leonard Cohen; la mujer que se balanceaba en la mecedora era su novia Marianne. Estaban en Hydra, una isla griega, en 1960, Fue aquel día cuando después de una historia de amor que duró ocho años, al despertar del sueño, Leonard supo que Marianne lo había abandonado. Entonces él tomó el cuaderno de notas que tenía sobre su pecho y escribió: “Tu cuerpo, Marianne, estará siempre en esta casa, en cualquier otro mar” Leonard entendió que había llegado el tiempo de llorar.

Manuel Vicent


(El País, 30-7-23)



Simón Díaz - Tonada de luna llena

 

TONADA DE LUNA LLENA

Yo vide una garza mora
dándole combate a un río,
así es como se enamora
tu corazon con el mío.

Luna, luna, luna llena, menguante;
luna, luna, luna llena, menguante...

Anda muchacho a la casa
y me traes la carabina
pa matá este gavilán
que no me deja gallina.

La luna me esta mirando,
yo no sé lo que me ve;
yo tengo la ropa limpia,
ayer tarde la lavé.

Luna, luna, luna llena, menguante;
luna, luna, luna llena, menguante...

Simón Díaz 


Conocí esta canción en la versión de Caetano Veloso en su álbum Fina estampa de 1994 y así la recuerdo.  Y otra cosa, Simón Díaz es el autor de la celebérrima Caballón viejo.





Blaise Cendrars - El muerto y la luna

 

EL MUERTO Y LA LUNA
(Cuento sandé)

Un anciano ve un muerto sobre el que caía la claridad de la luna. Reúne gran número de animales y les dice:
¿Cuál de vosotros, valientes, quiere encargarse de pasar el muerto o la luna a la otra orilla del río?

Dos tortugas se presentan: la primera, que tiene las patas largas, carga con la luna y llega sana y salva con ella a la orilla opuesta; la otra, que tiene las patas cortas, carga con el muerto y se ahoga.

Por eso la luna muerta reaparece todos los días, y el hombre que muere no vuelve nunca.

Blaise Cendrars 


Anthologie nègre, 1921. Traducción de Manuel Azaña (1930) 


(Fuente: Poesía. Revista ilustrada de información poética. Número 10. Invierno 1980-81)







Severino de Souza

 

«A verdade na História, não é o que foi, mas o que tendo podido ser, parece ter sido

Severino de Souza in Breve História dos Povos de Angola



Leído en A Feira dos Assombrados e outras histórias inverossímeis, de José Eduardo Agualusa, Publicações Dom Quixote, 2ª ed., 2001


(La verdad en la Historia, no es lo que fue, sino lo que habiendo podido ser, parece haber sido.)



Dos fotografías de Marsida Lekaj y un poema de Alda Merini

 

 Marsida Lekaj, je suis venu te dire, 2010.


Marsida Lekaj, l'air du temps, 2010.


Esta última fotografía venía acompañada de unos versos de la poeta italiana Alda Merini, que traduzco a continuación:

Adesso sono una pioggia spenta
Dopo che l’orma del tuo cammino
Si è fermata ai miei occhi
Che ciglio devastante il tuo
Come mi penetri le ossa
Se piangessi tu verresti a riprendermi
Ma io ho bisogno del mio dolore
Per poterti capire



Soy ahora una lluvia apagada
después de que las huellas de tu camino
se han detenido en mis ojos
Qué pestañas turbadoras las tuyas
cómo penetran en mis huesos
Si llorase tú vendrías a recuperarme
pero yo necesito mi dolor
para poder entenderte


(Traducción de PLC)


Una fotografía de Ondas de ruido

 



Ondas de ruido - Escribiendo, 2011  (Flickr)



«La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos…»

 

—La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertadI así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en mitad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve me parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con la libertad que lo gozara si fueran míos, que las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recebidas son ataduras que no dejan campear al ánimo libre. ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!

Cervantes


Capitulo LXIII de la segunda parte de El Quijote, «Que trata de cómo menudearon sobre don Quijote aventuras tantas, que no se daban vagar unas a otras»


Fotografía de Daniel Leal / AFP


Una fotografía de Lukas Vasilikos

 


Lukas Vasilikos - (2009)



Rudolf Koppitz - Corinthiac, 1930

 



Rudolf Koppitz - Corinthiac, 1930


Rudolf Koppitz nació en 1884. Un austriaco de origen checo que llegó a convertirse en uno de los fotógrafos más reputados de su tiempo. Su fama fue tal que su obra figuraba en las principales colecciones de arte y publicaba en las más prestigiosas revistas americanas de la época. Y para ilustrar la primera entrada que se hizo sobre fotografía en la Enciclopedia Británica en 1929 se utilizó una fotografía suya.

Más en ferfoto.es




Dos versos de Juan Gelman


Poesía,
atás la sombra a su vértigo.

Juan Gelman




Francisco de Icaza - ¡Ser feliz!

 

¡SER FELIZ!

Ser feliz; ¡ser feliz! Nadie lo ha sido,
¿Quién no llora sus penas en secreto?
Y ¿quién de entre vosotros ha podido
Sentirse venturoso por completo?

Yo no busco la dicha, me someto
Al yugo que al nacer he merecido,
Y vivo al tedio y al dolor sujeto
Guardando los rencores del vencido.

Y si la vista sobre el cielo clavo
Ante el obscuro enigma, fuerte y bravo,
No busco la esperanza que consuela.

Aunque el golpe del látigo me duela,
Como no tengo condición de esclavo
El sentir el azote me rebela.

1895

Francisco de Icaza


(Ciudad de México, 1863 - Madrid, 1925)



V. «Solón y Mascha Kaléko»


Crismón de Quiroga

 

AVRUM VILE TIBI EST
ARGENTI PONDERA CEDANT
PLUS EST QUOD PROPRIA FELICITATE NITES


O ouro é vil para ti.
Que a prata desapareza.
Brillas moito máis pola túa propia felicidade.



Crismón de Quiroga, en mármore azul do Incio (S. V)



Leído en Feliz Idade, de Olga Novo, Kalandraka Editora, 2020.




Una fotografía de Gianluca Nuzzo

 


Gianluca Nuzzo - Mascara  (Realizzata con una Casio Exilim compatta), 2007  - Flickr



Una fotografía de los hermanos Séeberger

 



The Séeberger dynasty, known as the Frères Séeberger; three brothers Jules (1872–1932), Henri (1876-1956) and Louis' (1874-1946) sons Jean (1910-1979) and Albert (1914-1999), pioneered fashion photography in France, beginning in the twentieth century.

(Wikipedia)


Miguel Hernández - «Rumorosas pestañas...»

 

Rumorosas pestañas
de los cañaverales.
Cayendo sobre el sueño
del hombre hasta dejarle
el pecho apaciguado
y la cabeza suave.

Ahogad la voz del arma,
que no despierte y salte
con el cuchillo de odio
que entre sus dientes late.

Así, dormido, el hombre
toda la tierra vale.


Miguel Hernánez



Cancionero y romancero de ausencias, que reúne poemas escritos entre 1938 y 1941, fue publicado en Buenos Aires en 1958.



Emilio Prados - «Sonaron tres golpes...»

 

Sonaron tres golpes
junto a mi ventana.
Sonaron tres golpes
allá en la montaña.

Tan. Tan. Tan. Tres golpes.
Los perros aullaban.

El viento gemía,
sollozaba el agua;
sobre el cielo negro,
la luna se alzaba.

Tan. Tan. Tan. Tres golpes
en la madrugada.

Cruzaron tres sombras
bajo mi ventana.
Tres sombras más negras
que sus negras almas.

Tan. Tan. Tan. Tres sombras
en la madrugada.

Ni el viento gemía,
ni lloraba el agua.
Se escondía la luna
tras las nubes altas.

Tan. Tan. Tan. Tres sombras.
Los perros aullaban.

Hoy solo el silencio
rueda por mi casa.


Emilio Prados


Llanto de octubre
(1934)



Leído en Archiletras de Arsenio Escolar



Bernardo Pérez, maestro fusilado durante la Guerra Civil, en la escuela de Fuentesaúco (Zamora) poco antes de 1936


 

  

 

Adieu, Jane

 



Jane Birkin (Marylebone, Londres, 14-12-1946 - París, 16-7-2023 )



Birkin, retratada por Jeanloup Sieff en 1968 




Caballero Bonald y Villamediana


TRIBUNAL DEL VIENTO

El rudo viento de levante arrastra
la arena hasta los soportales
y entra en los dormitorios y toma posesión
de los enseres indistintos,
se asocia a las cortinas y las sábanas,
cuartea la vetusta madera de la noche.

Y sucede de pronto que también
hostigan a la vida esos furiosos aguijones,
ese acérrimo enjambre
de historias polvorientas, mientras
se van superponiendo alrededor
los lentos algodones del cansancio.

A mi querella el tribunal del viento.


José Manuel Caballero Bonald


Diario de Argónida
(1997)



CLXXXI

Cesen mis ansias ya desengañadas
del prolijo anhelar de mis porfías,
cesen aquí las esperanzas mías,
desmentidas primero que formadas.

No escarnecidas ya, sino avisadas,
mis voces lograrán orejas pías,
un sol verán mis ojos y unos días
que consten de horas nunca adulteradas.

De estas ondas el claro movimiento
espejo es que me muestra en el más puro
cristal de sus orillas mi escarmiento.

Quedándole ya sólo por seguro
a mi querella el tribunal del viento,
a mi fortuna un esperar oscuro.

Villamediana



Juan Lamillar - Tu piel encendida

 

TU PIEL ENCENDIDA

Sobre todas las músicas,
tus muslos extranjeros
prestigian el alféizar del verano
con dorada ternura,
con austera firmeza
que las luces azules soliviantan.
Aunque suenen los tangos
y el cristal de las copas
y las risas y charlas de los jóvenes,
la música mejor que habitará mañana la memoria,
con el ritmo apagado de los valses,
en tu piel encendida
quemándose -quemándonos-
en la esquina más feliz de la noche.

Juan Lamillar


(Sevilla, 1957)



Ricardo Molina - Invitación a la dicha

 

INVITACIÓN A LA DICHA

                               Es dulce ser amado pero amar,
                               oh dioses, qué ventura...
                                                     Goethe


Ámame ahora que tengo los cabellos negros
y una corona de junco
y el perfume del agua y de la jara
en los brazos desnudos.

Ámame ahora que tengo en los ojos
la suave llama de la tarde
y la gracia de la sonrisa
y la leve frescura de los manantiales.

Ámame ahora que tengo en los labios
el fuego deslumbrante del Mediodía
y la serenidad del cielo en las mejillas.

Ámame ahora que tengo en el cuello
el resplandor de los lirios quemados.
Ámame ahora que corre por mis hombros
el torrente divino del deseo.
Ámame ahora que tengo el pecho ebrio
como una flor de vino.

Ahora y no luego, ahora y no mañana,
ahora que besa mi alma todo tu cuerpo
confundiendo su aliento al de mis labios.

Bésame ahora que es primavera
y el chamariz canta y vuela en un árbol,
ahora, amor mío, que estamos en mayo
y zumban en el aire las abejas,
ahora que todo es hermoso y feliz,
ahora y no mañana,
ahora y no luego.

Bésame los labios, el cabello, los hombros
ahora que en los huertos florecidos
es tan dulce la flor primera del granado.

Dame todo tu amor ahora, amor mío,
¿no ves que soy en la tierra dichosa,
dulce como el árbol del paraíso?

Ahora que soy un manantial virgen
donde cada onda es una caricia,
una colina verde
donde cada florecilla es un labio encendido,
un valle misterioso
donde cada viento es un suspiro,
un río de amores
cuya música frágil es tu nombre.

¿No son nuestros estos días tan bellos?
¿No es hermosa la tierra bajo el sol y la luna?
¿No habla todo de amor desde el alba a la tarde?

¡Ámame!
¡Ahora y no mañana; ahora y no luego!


Ricardo Molina


Regalo de amante (1975)




Una fotografía de Genia Volkov




Genia Volkov - Kristina Podobed in the Black Sea, Odessa, s.d.



Manuel Rivas - Tres cuentos

 

TRES CUENTOS

1. La sobrecargo tomó la palabra, dio la bienvenida, dijo el número de vuelo y el destino... Ahí se detuvo. Uno de esos momentos que llamamos interminable. Repitió: Con destino... Nada, no salía. Sus ojos, asustados, intentaban ver dentro. El nombre del destino parecía haberse escondido en un accidente geográfico de las neuronas o tal vez en una quebrada entre las muelas. En el pasaje, hubo un amago de chanza, apagado por la severa serenidad de la mayoría. La pena del olvido concita más solidaridad que la memoria prodigiosa. En ese intervalo de incertidumbre, todos los viajeros parecían meditar sobre el destino y no sobre un destino. Cuando por fin ella recordó, y lo dijo por altavoz, el nombre de nuestra ciudad sonó como un lugar enigmático del que oíamos hablar por vez primera.

2. Querían casarse. La fiesta, pensaron, era lo de menos. Nada de despilfarros. Eran realistas, la crisis acechaba también en sus empleos, pero no querían que ese asunto ensombreciera la existencia. Ella tenía sentido del humor y le contó una historia de cuando era muy chica. Estaban en familia viendo una serie de televisión. Uno de los personajes gritó: "¡No admito que con mis impuestos repartan condones gratis!". Y fue ella y levantó la mano para preguntar: "Papá, ¿qué son los impuestos?". Se rieron con ganas. En la tarea de reducir gastos para la boda, la tarta inicial, todo un rascacielos, fue perdiendo pisos. Hasta que decidieron que no habría tarta, ni fiesta, ni boda. Afuera llovía. Y no había mayor placer en el mundo que pasar del frío al calor.

3. Al término del monólogo del candidato, una periodista hizo una pregunta en voz alta. Se había olvidado de que en esta campaña el candidato no admitía preguntas. Pero el candidato, despistado por un momento, también se había olvidado de esa imposición. "¿Podría repetir la pregunta?", dijo. Y la periodista respondió: "No".

Manuel Rivas


(El País, 5-11-2011)



Homero Aridjis - «A veces uno toca un cuerpo y lo despierta...»

 

A veces uno toca un cuerpo y lo despierta
por él pasamos la noche que se abre
la pulsación sensible de los brazos marinos

y como al mar lo amamos
como a un canto desnudo
como al solo verano

Le decimos luz como se dice ahora
le decimos ayer y otras partes

lo llenamos de cuerpos y de cuerpos
de gaviotas que son nuestras gaviotas

Lo vamos escalando punta a punta
con orillas y techos y aldabas

con hoteles y cauces y memorias
y paisajes y tiempo y asteroides

Lo colmamos de nosotros y de alma
de collares de islas y de alma

Lo sentimos vivir y cotidiano
lo sentimos hermoso pero sombra 

Homero Aridjis



Una fotografía de Deanna Templeton

 


Deanna Templeton (Huntington Beach, California, 1969)




Federico Beltrán Masses - Tres para uno

 


Federico Beltrán Masses (1885 - 1949) - Tres para uno, 1934



Samson Flexor - Retrato de Baby de Almeida (1948)

 



Samson Flexor - Retrato de Baby de Almeida [1948]  [Casa Guilherme de Almeida, São Paulo - Oil on canvas, 96.5 x 78 cm]


Samson Flexor (nacido Samson Modestovich Flexor el 9 de septiembre de 1907, en Soroca, Besarabia, Rusia Imperial, y fallecido el 31 de julio de 1971, en São Paulo, Brasil) fue un artista fundador del arte abstracto brasileño. 

(Gandalf’s Gallery)



Pablo Guerrero - Paraíso ahora

 

PARAÍSO AHORA

Tu cabeza está llena de bicicletas blancas,
tu corazón un tren desbocado y oscuro.
Por tus venas galopan caballos alarmados.
Amas el sol y el riesgo, el fuego y el futuro.

Islas hay en el tiempo donde vivir querrías
y pueblos donde son las tareas comunes
En la escuela se aprende a manejar cometas
y a vivir que es lo mismo lo mío que lo tuyo.

Y sales a la calle y la ciudad te niega,
y dos y dos son cuatro y mañana hace frío
y hay una chimenea debajo de tu cama
y alguien dictando normas dentro de tu bolsillo.

Y en la pared escribes tu granada de sueños,
tu estallido de nuevos horizontes auroras.
Y tu imaginación contra la gris costumbre
pide la vida es nuestra, paraíso ahora.

Letra y música de Pablo Guerrero. Álbum A tapar la calle (1978)




Una fotografía de Alexander Kokkalis

 


En algún lugar de Grecia… Alexander Kokkalis (2015)



Una fotografía de Furrukh Khan

 



Furrukh Khan - Long Island, N.Y., 2010.




Elisabeth Bergner

 




«Elisabeth Bergner als Fräulein Julie (Fröken Julie, Strindberg, 1888), 1922, aus Arthur Eloesser -  Elisabeth Bergner - 1927»

(Truus, Bob & Jan too! - Flickr)


Elisabeth Bergner nació como Elisabeth Ettel el 22 de agosto de 1897, en Drohobycz, Imperio austrohúngaro. Murió en Londres en 1986. (Wikipedia)


Dos poemas en prosa de Eugénio de Andrade

 

EL SABOR DE LAS PALABRAS

En cuanto a mí, me gustan las palabras que saben a tierra, a agua, a los frutos de fuego del verano, a los barcos en el viento; me gustan las palabras lisas como guijarros, rugosas como pan de centeno. Palabras que huelen a heno y a polvo, a arcilla y a limón, a resina y a sol.


SUL

Podía ser del heno, o de los limoneros, pero no: era de la juventud, aquel aroma. Atraviesa el patio, entra por el balcón. Tengo que defenderme de esta hoja aguda. Sobre la garganta.

Eugénio de Andrade


(Traducción de PLC)



O SABOR DAS PALAVRAS

Quanto a mim, gosto das palavras que sabem a terra, a água, aos frutos de fogo do Verão, aos barcos no vento; gosto das palavras lisas como seixos, rugosas como pão de centeio. Palavras que cheiram a feno e a poeira, a barro e a limão, a resina e a sol.


SUL

Podia ser do feno, ou dos limoeiros, mas não: era da juventude, aquele aroma. Atravessa o pátio, entra pela varanda. Tenho que defender-me desta lâmina aguda. Sobre a garganta.



Memória doutro rio. Fundação Eugénio de Andrade, 2000

 

 

Francisco Brines - Los veranos

 

LOS VERANOS

¡Fueron largos y ardientes los veranos!
Estábamos desnudos junto al mar,
y el mar aún más desnudo. Con los ojos,
y en unos cuerpos ágiles, hacíamos
la más dichosa posesión del mundo.

Nos sonaban las voces encendidas de luna,
y era la vida cálida y violenta,
ingratos con el sueño transcurríamos.
El ritmo tan oscuro de las olas
nos abrasaba eternos, y éramos solo tiempo.
Se borraban los astros en el amanecer
y, con la luz que fría regresaba,
furioso y delicado se iniciaba el amor.

Hoy parece un engaño que fuésemos felices
al modo inmerecido de los dioses.
¡Qué extraña y breve fue la juventud!

Francisco Brines


El otoño de las rosas (1986)




George Hoyningen-Huene - The Divers

 

 
 

 George Hoyningen-Huene - The Divers, Paris, 1930