Contadme cosas nuevas, mentiras inclusive,
sospechas en espera
de verse confirmadas.
Contadme, por ejemplo,
que ayer, en Filipinas,
sorprendieron a Hitler y a Carlitos
Gardel jugando la partida,
ya viejos y contentos, que cantaban
Adiós, muchachos, don Adolfo
con un horrible acento de Bohemia.
Contadme que el fumar
evita los catarros
o que el monstruo
del lago Ness no existe.
Lo que queráis contadme, que no pienso
creerlo mientras Dios me dé salud.
Felipe Núñez
Leticia va del laberinto al treinta (1977), en Obras, Editorial Delirio, 2014
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