Fotografía de Herr_Mueller - The Good Life #1

Simone Signoret, por Serge Lido

 



Simone Signoret, por Serge Lido, 1950s





Gil Vicente - En el mes era de Abril

 

En el mes era de Abril,
de Mayo antes un día,
cuando lirios y rosas
muestran más su alegría,
en la noche más serena
que el cielo hacer podía,
cuando la hermosa infanta

Flérida ya se partía,
en la huerta de su padre
a los árboles decía:

Quedaos adiós, mis flores,
mi gloria que ser solía,
voyme a tierras estranjeras,
pues ventura allá me guía.

Si mi padre me buscare,
que grande bien me quería,
digan que amor me lleva,
que no fue la culpa mía;
tal tema tomó comigo
que me venció su profía.

¡Triste, no sé a dó vo,
ni nadie me lo decía!

Allí habla don Duardos:
no lloréis, mi alegría,
que en los reinos de Inglaterra
más claras agoas había
y más hermosos jardines,
y vuesos, señora mía.

Gil Vicente








D’Annunzio

  

La gioia è sempre sull’altra riva.

G. D’Annunzio



Leído en un poema de Napoleón Lapathiotis [Ναπoλέων Λαπαθιώτης, 1888 - 1944], en Antología de la poesía griega, de José A. Moreno Jurado. Ediciones Clásicas, 1ª ed. 1997



(La alegría está siempre en la otra orilla)


José Agustín Goytisolo - La más blanca

 

LA MÁS BLANCA

Oye dulce chiquilla: jamás los trovadores
y nunca los juglares podremos olvidar
tu desvelo y ternura cuando nos acogiste
ni tu tez luminosa como una flor de almendro.

José Agustín Goytisolo


Cuadernos de El Escorial (1994)


Alfred Kubin - Der Mensch, ca. 1902

 



Alfred Kubin (1877 - 1959) - Der Mensch, ca. 1902.   (Mensch: hombre, persona, ser humano)

Alfred Kubin fue 
un escritor e ilustrador expresionista austriaco, de origen checo.




Una fotografía de pppppwork2000

 


pppppwork2000 - 带雨梨花, 2008



Una antigua canción china

 

Tengo pena y no tengo alegría,
Quisiera ser tu fusta,
Cuando sales, cuelga de tu brazo;
Cuando te sientas, pende junto a tu pierna.


(Canciones populares de los siglos II al VI)



Segunda antología de la poesía china
(Marcela de Juan) Revista de Occidente, 1962




Leyendo con Clifford Harper

 


Clifford Harper (Chiswick, Londres, 1949) es un dibujante y militante anarquista.

En 1987 escribió Anarchy: A Grafic Guide. Es un colaborador habitual del periódico The Guardian, así como de otras publicaciones.




Cervantes - «Corre el tiempo, vuela y va ligero…»

 

¡Si mi fue tornase a es,
sin esperar más será,
o viniese el tiempo ya
de lo que será después…!


Glosa

Al fin, como todo pasa,
se pasó el bien que me dio
Fortuna, un tiempo no escasa,
y nunca me lo volvió,
ni abundante, ni por tasa.
Siglos ha ya que me vees
Fortuna, puesto a tus pies;
vuélveme a ser venturoso;
que será mi ser dichoso
si mi fue tornase a es.

No quiero otro gusto o gloria,
otra palma o vencimiento,
otro triunfo, otra vitoria,
sino volver al contento
que es pesar en mi memoria.
Si tú me vuelves allá,
Fortuna, templado está
todo el rigor de mi fuego,
y más si este bien es luego,
sin esperar más será.

Cosas imposibles pido,
pues volver el tiempo a ser
después que una vez ha sido,
no hay en la tierra poder
que a tanto se haya estendido.
Corre el tiempo, vuela y va
ligero, y no volverá,
y erraría el que pidiese
o que el tiempo ya se fuese,
o volviese el tiempo ya.

Vivo en perpleja vida,
ya esperando, ya temiendo:
es muerte muy conocida,
y es mucho mejor muriendo
buscar al dolor salida.
A mí me fuera interés
acabar; mas no lo es,
pues, con discurso mejor
me da la vida el temor
de lo que será después.

Cervantes


Don Quijote de la ManchaSegunda parte, Capítulo XVIII



Un dibujo de Almada Negreiros




José de Almada Negreiros (1893-1970) - Sem título (1939)


Un aerolito de Carlos Edmundo de Ory

 

Buscando la verdad en libros de segunda mano.

Carlos Edmundo de Ory




Tamara de Lempicka - Sabiduría



Tamara de Lempicka (1898 - 1980) - Sabiduría [1940-41]



Bertolt Brecht - Cuatro exhortaciones para un hombre en diferentes campos para diferentes tiempos

 

Cuatro exhortaciones para un hombre
en diferentes campos para diferentes tiempos


Aquí tienes un hogar
aquí hay sitio para tus cosas.
Coloca los muebles a tu gusto
di qué necesitas
ahí está la llave
quédate aquí.

Hay un cuarto para todos nosotros
y para ti una habitación con una cama.
Puedes trabajar en la finca
tienes tu propio plato
quédate con nosotros.

Aquí tienes el puesto de dormir
la cama es todavía nueva
antes un hombre durmió en ella.
Cuando estés apurado
agita tu cuchara
quédate tranquilo con nosotros.

Esta es la cámara
date prisa, puedes también quedarte por aquí
una noche, pero cuesta un extra.
No te voy a molestar
además no estoy enfermo.
Aquí te levantan como en cualquier sitio.
Total, puedes quedarte por aquí.

Bertolt Brecht


Aus einem Lesebuch für Städtebewohner (De un libro de lectura para ciudadanos), 1926-27


Leído en la revista Cuadernos del Matemático, nº 44. Revista ilustrada de creación. (www.cuadernosdelmatematico.es). Traducción de Ernesto Castro.


Vier Aufforderungen an einen Mann
von verschiedener Seite zu verschiedenen Zeiten


1.
Hier hast du ein Heim
Hier ist Platz für deine Sachen
Stelle die Möbel um nach deinem Geschmackw
Sage, was du brauchst
Da ist der Schlüssel
Hier bleibe.

2.
Es ist eine Stube da für uns alle
Und für dich ein Zimmer mit einem Bett
Du kannst mitarbeiten im Hof
Du hast deinen eigenen Teller
Bleibe bei uns.

3.
Hier ist deine Schlafstelle
Das Bett ist noch ganz frisch
Es lag erst ein Mann drin.
Wenn du heikel bist
Schwenke deinen Zinnlöfel in dem Bottich da
Dann ist er wie ein frischer
Bleibe ruhig bei uns.

4.
Das ist die Kammer
Mach schnell, oder du kannst auch dableiben
Eine Nacht, aber das kostet extra.
Ich werde dich nicht stören
übrigens bin ich nicht krank.
Du bist hier so gut aufgehoben wie woanders.
Du kannst also dableiben.



Joan Margarit - Princípios y finales

 

PRINCIPIS I FINALS Un temps, vaig ser una noia de futur. Podia llegir Horaci i Virgili en llatí, recitar de memòria tot Keats. Però, entrant en les coves dels adults, em van caçar i vaig començar a parir els fills d’un home estúpid i cregut. Ara m’empleno el vas sempre que puc i ploro si recordo un vers de Keats. Una no sap, de jove, que cap lloc no és el lloc on podrà restar per sempre. També s’estranya quan no arriba mai aquell o aquella en qui trobar descans. Una ignora, de jove, que els principis no tenen res a veure amb els finals. Joan Margarit PRINCIPIOS Y FINALES Un tiempo fui una chica con futuro. Podía leer a Horacio y a Virgilio en latín y recitar a Keats completo de memoria. Al entrar en sus cuevas, los adultos me capturaron: comencé a parir hijos de un hombre estúpido y creído. Ahora cuando puedo lleno el vaso y lloro al recordar algún verso de Keats. Una no sabe, cuando es joven, que no hay lugar alguno donde poder quedarse para siempre. Y le parece extraño si no llega aquel o aquella en quien hallar descanso. Una ignora, de joven, que los principios no se parecen nunca a los finales. (Versión castellana del autor)

Lope, Cernuda y dos sonetos

 

Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.

Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.

Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.

Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.

Lope de Vega




DIVERTIMENTO

«Asísteme en tu honor, oh tú, soneto.»
«Aquí estoy. ¿Qué me quieres?» «Escribirte.»
«Ello propuesto así, debo decirte
Que no me gusta tu primer cuarteto.»

«No pido tu opinión, sí tu secreto.»
«Mi secreto es a voces: advertirte
Le cumple a estrofa nueva el asistirte.
Ya me basta de lejos tu respeto.»

«Entonces…» «Era entonces. Ahora cesa.
Rima y razón, color y olor tal rosa,
Tuve un día con Góngora y Quevedo.»

«Mas Mallarmé…» «Retórica francesa.
En plagio nazco hoy, muero en remedo.
No me escribas, poeta, y calla en prosa.»

Luis Cernuda

Vivir sin estar viviendo (1944-1949)




Laberinto y monedas

 

G757 An Excessively Rare Greek Silver Tetradrachm of Knossos (Crete), an Exceptional Large Format Numismatic Depiction of the Labyrinth


G999 A Rare and Exceptional Greek Silver Drachm of Knossos (Crete), a Magnificent Depiction of the Famed Labyrinth of the Palace of Minos


A Rare and Exceptional Greek Silver Stater of Knossos (Crete), with a Superb Depiction of the Famed Labyrinth on the Reverse



(Ancien Art & Numismatics)



Dennis Hopper, por Mary Ellen Mark

 



Dennis Hopper en Apocalypse Now (1979) fotografiado por Mary Ellen Mark.



Tasos Livaditis - Violetas para una estación

 

Violetas para una estación

Sin embargo, aquí termino. Es hora de partir. Como partirán también ustedes alguna vez. Y ahora los fantasmas de mi vida me buscarán corriendo en medio de la noche; y las hojas temblarán y caerán. Así, a menudo, viene el otoño. Por esto, les digo: miremos nuestra vida con un poco más de piedad, ya que nunca fue real.

Tasos Livaditis

(1922 – 1988) 


(Traducción: Miguel Ángel Chiovetta)



Βιολέτες για μια εποχή 

Όμως εδώ τελείωσα. Ώρα να φύγω. Όπως θα φύγετε κάποτε κι εσείς. Και τα φαντάσματα της ζωής μου θα μ’ αναζητούν τώρα τρέχοντας μες στη νύχτα και τα φύλλα θα ριγούν και θα πέφτουν. Ετσι συνήθως έρχεται το φθινόπωρο. Γι’ αυτό, σας λέω, ας κοιτάξουμε τη ζωή μας με λίγη περισσότερη συμπόνοια μιας και δεν ήτανε ποτέ πραγματική.

Τάσος Λειβαδίτης 


(Aquí podemos escuchar al autor leyendo sus palabras)




«Muchacha, estoy triste por ti...»

 

Muchacha, estoy triste por ti.
Recuerdo el olor de tu piel.
Quisiera recostar mi cabeza en tu regazo,
pero estoy solo, recostado bajo un árbol,
oyendo únicamente el ruido del mar.
El oleaje revienta mar afuera:
pero no oigo tu voz.


Un poema miskito (Nicaragua), en la Antología de poesía primitiva. Edición de Ernesto Cardenal, Alianza, 2004 




Los misquitos o miskitos son un grupo étnico indígena de Centroamérica, cuyo idioma nativo pertenece a la familia de lenguas misumalpas, ​ que forman parte del grupo lenmichí de las lenguas Macro-chibchas.​​ Su territorio, que se extiende desde Cabo Camarón en Honduras hasta más al sur del Río Grande de Matagalpa en Nicaragua, permaneció aislado de la conquista española. (Wikipedia)



Clarice Lispector - «Felicidade clandestina»



FELICIDADE  CLANDESTINA

Ela era gorda, baixa, sardenta e de cabelos excessivamente crespos, meio arruivados. Tinha um busto enorme, enquanto nós todas ainda éramos achatadas. Como se não bastasse, enchia os dois bolsos da blusa, por cima do busto, com balas. Mas possuía o que qualquer criança devoradora de histórias gostaria de ter: um pai dono de livraria.

Pouco aproveitava. E nós menos ainda: até para aniversário, em vez de pelo menos um livrinho barato, ela nos entregava em mãos um cartão-postal da loja do pai. Ainda por cima era de paisagem do Recife mesmo, onde morávamos, com suas pontes mais do que vistas. Atrás escrevia com letra bordadíssima palavras como “data natalícia” e “saudade”.

Mas que talento tinha para a crueldade. Ela toda era pura vingança, chupando balas com barulho. Como essa menina devia nos odiar, nós que éramos imperdoavelmente bonitinhas, esguias, altinhas, de cabelos livres. Comigo exerceu com calma ferocidade o seu sadismo. Na minha ânsia de ler, eu nem notava as humilhações a que ela me submetia: continuava a implorar-lhe emprestados os livros que ela não lia.

Até que veio para ela o magno dia de começar a exercer sobre mim um tortura chinesa. Como casualmente, informou-me que possuía As reinações de Narizinho, de Monteiro Lobato. Era um livro grosso, meu Deus, era um livro para se ficar vivendo com ele, comendo-o, dormindo-o. E, completamente acima de minhas posses. Disse-me que eu passasse pela sua casa no dia seguinte e que ela o emprestaria.

Até o dia seguinte eu me transformei na própria esperança de alegria: eu não vivia, nadava devagar num mar suave, as ondas me levavam e me traziam. No dia seguinte fui à sua casa, literalmente correndo. Ela não morava num sobrado como eu, e sim numa casa. Não me mandou entrar. Olhando bem para meus olhos, disse-me que havia emprestado o livro a outra menina, e que eu voltasse no dia seguinte para buscá-lo. Boquiaberta, saí devagar, mas em breve a esperança de novo me tomava toda e eu recomeçava na rua a andar pulando, que era o meu modo estranho de andar pelas ruas de Recife. Dessa vez nem caí: guiava-me a promessa do livro, o dia seguinte viria, os dias seguintes seriam mais tarde a minha vida inteira, o amor pelo mundo me esperava, andei pulando pelas ruas como sempre e não caí nenhuma vez.

Mas não ficou simplesmente nisso. O plano secreto da filha do dono da livraria era tranqüilo e diabólico. No dia seguinte lá estava eu à porta de sua casa, com um sorriso e o coração batendo. Para ouvir a resposta calma: o livro ainda não estava em seu poder, que eu voltasse no dia seguinte. Mal sabia eu como mais tarde, no decorrer da vida, o drama do “dia seguinte” com ela ia se repetir com meu coração batendo.

E assim continuou. Quanto tempo? Não sei. Ela sabia que era tempo indefinido, enquanto o fel não escorresse todo de seu corpo grosso. Eu já começara a adivinhar que ela me escolhera para eu sofrer, às vezes adivinho. Mas, adivinhando mesmo, às vezes aceito: como se quem quer me fazer sofrer esteja precisando danadamente que eu sofra.

Quanto tempo? Eu ia diariamente à sua casa, sem faltar um dia sequer. Às vezes ela dizia: pois o livro esteve comigo ontem de tarde, mas você só veio de manhã, de modo que o emprestei a outra menina. E eu, que não era dada a olheiras, sentia as olheiras se cavando sob os meus olhos espantados.

Até que um dia, quando eu estava à porta de sua casa, ouvindo humilde e silenciosa a sua recusa, apareceu sua mãe. Ela devia estar estranhando a aparição muda e diária daquela menina à porta de sua casa. Pediu explicações a nós duas. Houve uma confusão silenciosa, entrecortada de palavras pouco elucidativas. A senhora achava cada vez mais estranho o fato de não estar entendendo. Até que essa mãe boa entendeu. Voltou-se para a filha e com enorme surpresa exclamou: mas este livro nunca saiu daqui de casa e você nem quis ler!

E o pior para essa mulher não era a descoberta do que acontecia. Devia ser a descoberta horrorizada da filha que tinha. Ela nos espiava em silêncio: a potência de perversidade de sua filha desconhecida e a menina loura em pé à porta, exausta, ao vento das ruas de Recife. Foi então que, finalmente se refazendo, disse firme e calma para a filha: você vai emprestar o livro agora mesmo. E para mim: “E você fica com o livro por quanto tempo quiser.” Entendem? Valia mais do que me dar o livro: “pelo tempo que eu quisesse” é tudo o que uma pessoa, grande ou pequena, pode ter a ousadia de querer.

Como contar o que se seguiu? Eu estava estonteada, e assim recebi o livro na mão. Acho que eu não disse nada. Peguei o livro. Não, não saí pulando como sempre. Saí andando bem devagar. Sei que segurava o livro grosso com as duas mãos, comprimindo-o contra o peito. Quanto tempo levei até chegar em casa, também pouco importa. Meu peito estava quente, meu coração pensativo.

Chegando em casa, não comecei a ler. Fingia que não o tinha, só para depois ter o susto de o ter. Horas depois abri-o, li algumas linhas maravilhosas, fechei-o de novo, fui passear pela casa, adiei ainda mais indo comer pão com manteiga, fingi que não sabia onde guardara o livro, achava-o, abria-o por alguns instantes. Criava as mais falsas dificuldades para aquela coisa clandestina que era a felicidade. A felicidade sempre ia ser clandestina para mim. Parece que eu já pressentia. Como demorei! Eu vivia no ar... Havia orgulho e pudor em mim. Eu era uma rainha delicada. Às vezes sentava-me na rede, balançando-me com o livro aberto no colo, sem tocá-lo, em êxtase puríssimo.

Não era mais uma menina com um livro: era uma mulher com o seu amante.

Clarice Lispector


Publicado por primera vez en 1971, Felicidade clandestina es un libro que reúne 25 cuentos de la escritora brasileña Clarice Lispector -algunos ya publicados anteriormente- y es también el título del cuento.

Manuel Vicent - Inspiración

 

INSPIRACION

Permanecen en el aire todavía los versos de Safo y de Píndaro que se perdieron; las melodías que inventaron los pastores de Virgilio soplando una caña o el filo de una hoja seca, música de la naturaleza que se llevó el viento; los cánticos, las danzas rituales, las plegarias a unos dioses que también ignoramos; la filosofía y las tragedias escritas en pergaminos que se pudrieron o se hundieron en el polvo o ardieron en la biblioteca de Alejandría. Permanecen en el aire todavía los cuentos narrados de viva voz sobre las alfombras en las esquinas de Bagdad; los consejos de los sabios budistas, místicos y sufíes, que no encontraron respuesta en el corazón de los discípulos y siguieron viaje en el tiempo. Solo una mínima parte de toda la belleza y sabiduría que se ha creado desde el fondo de los siglos en este planeta ha llegado hasta nosotros, pero el resto de ese inmenso caudal no ha desaparecido. Si fueron rimas, canciones o fábulas están todavía suspendidas en la atmósfera; si las enseñanzas grabadas en tablillas de barro, en papiros, vitelas o pasta de celulosa se convirtieron en ceniza o estiércol habrán fecundado la tierra y ahora dan fruto en árboles llenos de pájaros; si un día naufragaron las naves griegas o latinas, los bajeles sarracenos o los barcos cristianos que transportaban dioses de bronce, ánforas con aceite y vino, monedas de oro o mapas de islas del tesoro, ese sagrado cargamento forma parte del mar que ahora navegamos. También han sido infinitos los crímenes que han quedado sin castigo, los ríos de sangre que se han evaporado, los gritos de dolor que llegaban hasta el horizonte. Los nombres de los asesinos impunes componen un cielo muy estrellado. Existen hazañas y matanzas que nunca fueron contadas, enigmas de la historia que han quedado sin resolver, vicios y perversiones que tampoco han sido confesados. El aire de un arte y un horror desconocidos respiramos, pero ese soplo es el sueño que excita solo la imaginación de los poetas, de los músicos, de los pintores, de todos los artistas y al final se hace carne. Realmente la inspiración no es más que el don gratuito que tienen algunos seres para respirar esa carga perdida de belleza y maldad y rescatarla del poder del viento.

Manuel Vicent


(El País, 30 de marzo de 2014)




«Ma tu che lavoro fai?»

 



Jep Gambardella - Ma tu che lavoro fai?

Orietta - Io? Io sono ricca.

Jep Gambardella - Ma che bel lavoro!


La grande bellezza (2013), de Paolo Sorrentino