Qué despacio y deprisa va todo ahí fuera,
pájaros que bullen y amanece; me incorporo cáscara
de cascarillas de fiebre y vuelvo como una pluma vuela
a la cama; todo se deja oír: el lío de gorriones
y los trinos del mirlo y la nota que todo lo puntúa
tan singular a fuerza de no serlo del todo (silba
y pone eco a la lluvia pero igual pone ecos
a la luz este tordo que es eco él mismo de la vida);
suben luego los grajos y son sobre todo alas
más negras en el cielo guturales volando
(del vientre brota esa carraspera); no he oído,
en cambio, al colirrojo hoy ni se acercaron
las urracas; cáscara de cascarillas soy hueca
y hueca de fiebre y escucho el día 1
de marzo cómo llega.
Olvido García Valdés
Y todos estábamos vivos, Tusquets Editores, 2ª ed., 2007. Premio Nacional de Poesía 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario