Hay que ser breves: hubo un naufragio y ahora toca recoger aquí los restos que vaya arrojando la memoria, a los que se añadirá material nuevo: poemas, rostros, palabras...
El nombre que preside esta empresa lo he vuelto a encontrar en un poema de Claudio Rodríguez, "Lo que no se marchita", perteneciente a su libro El vuelo del celebración (1976). Reproduzco la estrofa donde aparece y, a continuación, un salto atrás, hacia Conjuros (1958), para leer "Lluvia y verano" y que nos cale esa agua de la que escribe el amigo Claudio.
Y la nueva andadura comienza hoy, día 22 de julio de 2021, vigésimo segundo aniversario del fallecimiento del poeta zamorano. ¡A tu salud, Claudio!
Estos niños que rompen el dinero
como si fuera cáscara de huevo
y saben que los números
no saltan a la comba porque tienen las piernas
flojas, menos el tres,
y saben cómo
susurra la ceniza en los dientes del lobo.
LLUVIA Y VERANO
Baja así, agua del cielo,
baja a vivir tu vida de la tierra
y a unirte al hombre, a su salud, al suelo
y al trabajo del campo. ¡Haber sentido
la pureza del mundo para ahora
contribuir a esta sazón, al ruido
de estos pies! ¿Por qué siempre llega la hora
del riego? Aunque sea en el verano
y aquí, llega tan fuerte
que no calma, no nubla al sol, da al llano
otra sequía más alta aún. Qué muerte
por demasía, pasajera
nube que iba a salvar lo que ahora arrasa.
Cala, cálanos más. ¡Lo que era
polvo suba en el agua que se amasa
con la tierra, que es tierra ya y castigo
puro de lo alto! Y qué importa que impida
la trilla o queme el trigo
si nos hizo creer que era la vida.
Claudio Rodríguez
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