UNA MUJER
Reparad un momento en esta adolescente
Que roza los cincuenta. Es hermosa. Sus formas
Se han ido acentuando, sin recurso ni estrago.
Vive ausente en el pozo claro de su belleza.
Sueña con días jubilosos
En paraísos clausurados.
En paraísos tibios de hoteles de una noche.
Reparad en el timbre de su voz cantarina.
En su perfil amable.
En su gracia risueña.
En sus gestos, bordados
Como trazos bordados en un tejido rígido,
En el tejido de la muerte.
La muerte la acompaña. Va con ella a la plaza.
Juntamente con ella se distrae y se admira.
Y las dos pasan juntas, mientras hombres atónitos
Las piropean, tontos.
Que no os deslumbre su belleza intacta,
Tontos hombres que andáis piropeándola,
Su belleza, que crece como una flor, al lado
— Reparad, por favor —
De la flor deslumbrante de la muerte.
Alfonso Martínez Galilea
(Logroño, 1959)
(Dos poemas más aquí)
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